Por primera vez me pregunté que sería de mi vida sin usted. Creo que la ausencia endulzó el café, o pegó de un batazo fuerte al corazón.
Ya huir es tanta costumbre que mas bien empece a extrañar el soltarme al vacío sin usted. Tendré que convertirlo en una rutina, ¿es el plan, no?
No quiero un dibujo de vida sin usted. Sin más crayones, sin más miradas, sin más dedicatorias.
Que los tonos verdes de mis ojos sean cada vez más fuertes, y que los suyos brillen más.
Ese sería el perfecto dibujo en mi vida.