LA GRATITUD es el lenguaje que nos permite conectarnos con la abundancia, con todo lo bueno y positivo porque esta íntimamente ligado a la creación.
Dar las gracias es una forma de bendecir aquello que recibimos, esto no sólo se cumple hacia lo material sino también hacia los gestos, circunstancias y acciones con las cuales nos enfrentamos día a día, respondiendo con un tributo de amor por lo recibido.
Este ejercicio permite atraer a nuestra vida mas experiencias por las cuales sentirnos agradecidos. Incluso aquellas experiencias retadoras, las que en primer momento no logramos comprender, también son manifestaciones que requieren de nuestra gratitud, pues en ellas se esconden pruebas o desafíos que nos permiten conocer y evaluar nuestro propio yo. Estas circunstancias ya sean de miedo, tristeza, angustia o adversidad aunque difíciles de entender son momentos para agradecer.
Somos creadores de nuestro entorno, de nuestra felicidad, éxito y progreso, el primer paso para construirlo es agradeciendo desde nuestro interior lo mucho o poco que tengamos, sin prejuicios ni criticas, pues aún cuando creamos vivir en escasez o privaciones, siempre existe riqueza y abundancia en nuestro ser. La vida misma es una fuente de riqueza llena de bendiciones, sea como sea que la estés viviendo. El como la escojas vivir depende de ti.
Detente un momento a pensar en aquello que está o estuvo presente en tu vida y no te has tomado el tiempo de agradecer. Todo aquello que ya no este dejó a su paso una lección, de nuestra parte está la búsqueda de esa tarea pendiente por aprender y dar gracias por ello.
Abrir nuestro corazón a la gratitud cultiva las bendiciones que recibiremos en el futuro. Dar las gracias por lo que somos, por nuestro pasado y presente genera una energía transformadora que mueve los hilos que nos conectan con el poder creador de nuestro futuro, donde no existe espacio ni tiempo, solo energía.
Convertir este ejercicio en un hábito de principio no es fácil, nos educaron para que el acto sea compensado con una palabra o gesto casi automático, pero re-programarnos para que esta acción venga verdaderamente del corazón es el reto. No existe verdadera gratitud desde el compromiso o la obligación.
Trabajemos en la gratitud de un paso a la vez día a día, y pronto descubriremos que la vida encierra grandezas aún mas maravillosas de las que nuestros ojos ahora puedan ver. El camino por recorrer en nuestra vida es para disfrutar y amar a través de la bendición.
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