El poder de la sonrisa

Por Peineta

Acabo de terminar mi vermut solitario de domingo y pienso que es el momento ideal para contaros algo que siempre dije que lo haría. El silencio de la casa, mi estado zen y las pocas ganas de seguir limpiando la casa me empujan a ello. Hoy vengo a hablaros de la importancia que puede llegar a tener el hecho de sonreír. Yo de normal soy una persona que tiende a dramatizar, exagerá un rato largo y no soy precisamente positiva, pero a pesar de ello siempre he tenido y he usado mucho el sentido del humor hasta para hablar de los momentos más críticos, creo que es una manera de auto-quitarle importancia a las cosas, pero hay veces que tu cuerpo ya no responde que ves que el límite te sobrepasa y ya no te quedan máscaras en la espalda para ponerte y seguir para adelante.

Hace un año largo que deje de sonreír con tranquilidad, de disfrutar de las pequeñas cosas y de relajarme de vez en cuando simplemente bajando la guardia. Estaba embarazada y las cosas no iban bien o eso parecía, pero con paciencia y muchos vómitos intente sobrellevarlo, pero a veces las cosas empiezan a acumularse y la cesta va tan llena que caminas medio doblada pero caminas, porque a tu lado hay un niño de 5 años que lo has hecho mayor de golpe y cómo de mayor, si alguna vez he sentido admiración por alguien ese ha sido por mi monillo el verano pasado creo que se gano el cielo, con copia de llave incluida. El caso es que llega un 24 de septiembre después de un 23 entero con un cuerpo poseído por epidurales no efectivas, una dilatación inexistente y una madre que ya no puede más. Salió poco a poco la recogí con mis manos y me hinché a llorar, llorar sin parar pero no era emoción y mi ginecólogo lo sabía me miraba y simplemente dijo: ya está se acabó todo. Pero el destino me la tenía guardada.

No sólo no acabo sino que fue a peor, pero claro el ser humano tiene un límite, porque los súper-poderes existirán pero también se gastan por mucho que tu creas que no, yo le daba al botón de reír, al de aguantar, al de estar de pie, al de virus fuera, al de no ansiedad....pero los botones decían "crédito agotado", pero mi astigmatismo miópico no lo veía porque estaba en modo babyblues... Creo que en esos momentos estás tan agotada que lo único que haces es auto-acomplejarte más por el hecho de no poder sobrellevar la situación, eres totalmente ciega a la realidad, pero sobre todo no eres tú y te peleas con todo lo que te rodea. Qué bueno es tener amigos que soporten todo a tu lado y que te abran los ojos y aunque tú los vuelvas a cerrar sigan estando ahí para aguantar tu locura pasajera y tu mal humor. Qué necesario son esos padres que vienen a maniobrar ese nuevo barco que zarpa con nuevos tripulantes a pesar de darse cuenta que tú has inundado la carta de navegación con tanta lágrima y no sabes que ruta seguir. En esos momentos lo más importante es parar en le primer puerto que pilles, avisar a la tripulación que no estás en condiciones de seguir (aunque no todos lo puedan llegar a entender) y bajar a tierra y buscar ayuda, ayuda real, especializada, esa que te da un barril lleno de pastillas para dormir, para reír, pero sobre todo esos consejos y esas terapias con las herramientas suficientes para que seas capaz de conseguir volver a poner el barco en ruta. Entonces y sólo entonces, empiezas a subir a ratos a cubierta y dejas que el aire te golpee y empiezas a relajarte, a sonreír un poco a bajar la guardia y mirar a tu alrededor y sorpresa!!!! Ellos siguen ahí, tu dos polizones y sabes lo mejor que a pesar de todo han seguido riendo como locos, han crecido, han sobrevivido a la tormenta y están como locos por salir a navegar contigo y no te van a pedir ni una sola cuenta porque para ellos no hay mejor capitán que tu.

Si lees esto y crees que te sientes parecida, que el nacimiento de tu retoño a pesar de ser lo mejor de tu vida te ha desequilibrado, no eres capaz de seguir adelante y la ansiedad te atrapa, eres normal y humana, simplemente a pesar de que te cueste hasta dar dos pasos y solo quieras dormir vete a pedir ayuda profesional, te prometo que ver los toros desde la barrera ayuda y templa mucho para salir luego a torearlos.

Aun tengo vértigo cuando subo a la vela más alta del barco, pero tengo ganas que llegue el día en que no pase y sé que está tan cerca, mientras sonrío y tiro el barril lleno de ayuda química por la borda, hago el tonto, intento compaginar como puedo las necesidades de los dos pero sobre todo estoy feliz de saber que tengo gente cojonuda a mi alrededor. Gracias a todos los que lo soportasteis y lo sufristeis, a los que me intentabais abrir los ojos, a los que vinisteis a poneros de bastón para que no cayera, pero con permiso de todos vosotros se lo quiero dedicar a mis hijos. Al mayor por demostrarme que se puede madurar de golpe y ser el mayor superhéroe de sus padres y a la pequeña por ser la mayor de las sorpresas y mirar con esos dos ojos y chupar cada lágrima que solté mientras te mecía con cara de no entender nada. Eres un tsunami pero sabes qué nosotros estamos como locos de sumarte a nuestro temido, aventurero y chiflado barco familiar.

Las fotos de este post son de Violeta Rodríguez y me encanta saber que puedo sonreír y seguir haciendo el payaso porque...OYE abre los ojos mira hacia arriba y disfruta las cosas buenas que tiene la vida lalalalala

Con este post doy por finalizado mi etapa escolar jijiji como mucho un radio peineta puede caer ante de agosto, pero la menda se pilla vacaciones, por lo tanto nos vemos en septiembre, mientras estaré en las redes sociales.