La historia nos enseña que al nombrar accidentes topográficos en un planeta buscando analogías con los que los terrícolas estamos familiarizados, a veces pueden tener a largo plazo, consecuencias no deseadas. A finales del siglo XIX, el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli pudo haber provocado involuntariamente la leyenda de los canales de Marte al nombrar las características lineales que veía en la superficie marciana como "canalli", lo que se tradujo al inglés como canales artificiales. Schiaparelli no tenía ninguna intención que esto fuera interpretado como canales "artificiales"; Schiaparelli quería decir sencillamente "valles estrechos". Pero la frase que se acuñó pasó a tomar vida propia, e incluso provocó una corriente de pensamiento que afirmaba que formas de vida inteligente marciana habían construido un sistema de canales para llevar agua desde las regiones polares a sus ciudades.
Un fenómeno similar ocurrió en la década de 1970 cuando un accidente geográfico que se asemejaba a un rostro humano apareció en las imágenes tomadas por el Misión Viking. La "cara" que en realidad es una mesa, se encuentra en la región de Cydonia de Marte, una zona cuya geografía es muy parecida a la de la meseta de Colorado en el suroeste de los Estados Unidos. La imagen fue tomada en un momento del día cuando las sombras incidían en la cumbre provocando que la mesa tuviese un aspecto similar a una cara, por lo que los científicos en el equipo Viking alegremente el pusieron el nombre de la "Cara de Marte. Este hallazgo produjo un tremendo revuelo mediático, y generó una corriente de creyentes que estaban convencidos de que la NASA estaba tratando de ocultar las pruebas de una civilización en Marte. La locura se volvió tan intensa que cuando la sonda Mars Global Surveyor llegó a Marte en 1997, la NASA encargó a los científicos de la misión reprogramar la nave de forma que pudiera observar "la cara" y tomar una fotografía de alta resolución. Estas imágenes confirman que la llamada "Cara de Marte" era de hecho una mesa muy erosionada que, en determinados momentos del día, se parecía a una cara, debido a las sombras creadas por los surcos de la roca.
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Publicado en Odisea cósmica¡Suscríbete Ya!