El lenguaje no es inocente, y no sólo eso, es que además nos condiciona. A través de las palabras, de la manera de expresarnos, del modo que empleamos al comunicarnos, somos capaces de moldear la realidad; pero no sólo la moldeamos, también la creamos. Así pues, se puede decir que con el lenguaje creamos la realidad que vivimos. Y eso es peligroso. Lo es porque podemos crear las realidades que más nos favorezcan. Tan sólo hemos de ser conscientes de que con el lenguaje seremos capaces de generar una serie de reacciones en el receptor de nuestro mensaje.
El lenguaje no es inocente, y no sólo eso, es que además nos condiciona. A través de las palabras, de la manera de expresarnos, del modo que empleamos al comunicarnos, somos capaces de moldear la realidad; pero no sólo la moldeamos, también la creamos. Así pues, se puede decir que con el lenguaje creamos la realidad que vivimos. Y eso es peligroso. Lo es porque podemos crear las realidades que más nos favorezcan. Tan sólo hemos de ser conscientes de que con el lenguaje seremos capaces de generar una serie de reacciones en el receptor de nuestro mensaje.