El poema de cada día. Hoy, El puente, de Ramón Bascuñana (1963)

Por Harendt

EL PUENTE

Escapando de la ciudad en llamas

–símbolo de un ayer que ya no vuelve–

has llegado a la mitad del viaje,

a ese puente del medio del camino

que marca una frontera sin retorno.

Empiezas a cruzarlo lentamente.

Estás cruzando el puente que separa

las dos mitades que han de ser tu vida.

No es un puente consistente ni robusto.

Se compone de dudas razonables

y temores que nunca hemos vencido;

mas hemos de cruzarlo si queremos

vivir el resto de lo que nos queda.

Miras atrás para ver qué has dejado

en los bordes oscuros del camino,

qué has perdido al tiempo que avanzabas:

la inocencia, la infancia, los amigos,

algunas ilusiones, mil proyectos,

cosas sin importancia, bagatelas

que al final son lo único importante.

Pero en este momento, mientras cruzas

el puente que separa del pasado

el futuro, sientes cómo la angustia

pesa como un castigo y que bajo

su peso este puente de invencibles

temores y dudas razonables

podría derrumbarse sin esfuerzo.

Pero tú ya sabías que era un riesgo

que había que asumir y así lo has hecho.

Si logras alcanzar el otro lado

podrás cantar victoria. De momento

no mires más atrás, por si las moscas,

que siempre arde Sodoma a nuestra espalda

y resulta difícil resistirse

al brillo portentoso de sus llamas

y vivir con la vista en el pasado.

Ramón Bascuñana (1963). Poeta español