¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.
De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".
Hoy traigo hasta el blog al poeta José Bergamín. Nace en Madrid en 1895 en el seno de una acomodada familia liberal, conservadora y católica, en la que su padre fue ministro en gobiernos de la Restauración. Católico y comunista convencido intentó armonizar toda su vida ambas ideologías. Estudió Derecho en la Universidad de Madrid, escribiendo sus primeros trabajos en la revista Índice que dirigía Juan Ramón Jiménez, al que profesó siempre una profunda amistad, al igual que a Unamuno. Participó en las actividades de la Generación del 27, aunque no se le considera miembro de la misma. Ocupó cargos políticos en los gobiernos de la República y durante la guerra civil presidió la Alianza de Intelectuales Antifascitas. Al final de la misma se exilia sucesivamente en México, Venezuela, Uruguay y, finalmente, Francia. Vuelve a España en 1961 y se exilia de nuevo en 1963. Retorna definitivamente en 1970. Sus últimos años de vida los pasa en el País Vasco, donde apoyó dedicidamente a la organización Herri Batasuna. Murió en San Sebastián en 1983. Les dejo con su poema "Al volver":
Aquí nació mi vida a la esperanza
y aquí esperó también que moriría;ahora que vuelvo aquí, parecería
que el tiempo me persigue y no me alcanza.
Detiene otoño el paso a la mudanza
que en la luz, en el aire se extasía:los árboles son llamas, su alegría
enciende ya mi bienaventuranza.
Todo pasó. Todo quedó lo mismo:
como si el otoño floreciera,ardiendo en el fulgor de su espejismo,
última para mí, la primavera.
Abismo del no ser al ser abismola eternidad, del tiempo prisionera.
"Al volver"
José Bergamín
Y en la próxima ocasión nos vemos con el poeta Claudio Rodríguez. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt
Entrada núm. 2135
http://elblogdeharendt.blogspot.comPues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri