El ex primer ministro de Polonia Donald Tusk asumió el lunes las riendas del Consejo Europeo para los próximos dos años y medio. En su primer discurso como presidente, Tusk dijo que la UE necesita “una determinación implacable para poner fin a la crisis económica”. “El euro es nuestra ventaja no nuestra desventaja”, recalcó el político polaco cuyo país no pertenece a la eurozona pero ocupará el cargo de presidente del Eurogrupo.
“Es un europeo convencido y apasionado” lo definió Angela Merkel al anunciar su elección por los demás miembros del Consejo para suceder al belga Herman van Rompuy. Y es que Tusk ha alcanzado la presidencia del Consejo Europeo en buena parte gracias al decisivo apoyo de la canciller alemana con la que mantiene una estrecha relación.
El politico de 57 años se enfrenta a varias cuestiones complicadas: el conflicto entre Ucrania y Rusia, una crisis económica interminable y el euroescepticismo.
Otro de los retos que tiene por delante el polaco es convencer a los líderes europeos y ciudadanos de los beneficios del acuerdo de libre comercio que Bruselas está negociando con Washington: “El TTIP no trata solo de libre comercio, es una expresión de nuestra asociación geopolítica” declaró Tusk.
El ex primer ministro polaco tiene sobre la mesa del Consejo el más urgente de todos los problemas: la crisis económica. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, anunció la semana pasada un Plan Marshall de 300.000 millones de euros que será tratado en la primera cumbre europea que presidirá Tusk el 18 y 19 de diciembre.
El nuevo presidente del Consejo de la UE fue elegido el pasado 30 de agosto para un mandato de dos años y medio prorrogable una sola vez. Se ha mostrado dispuesto a forjar compromisos desde su nuevo cargo, incluida la cuestión británica y la flexibilidad fiscal, para mantener unida la UE y fomentar el crecimiento y el empleo.
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