De un tiempo a esta parte, estamos asistiendo a una verdadera “carnicería” tanto de medios de comunicación, como de personas en las redes sociales, criticando duramente las acciones realizadas por los porteros de primer nivel en nuestra Liga.
Esta conducta es comprensible ya que, los jugadores y en este caso concreto los guardametas, se exponen a ello al jugar a esos niveles, lo cual tampoco da permiso a realizar un “atropello masivo” de lo que supone cargar con el peso de la portería de un club como el FC Barcelona o el Real Madrid.
A lo largo de la temporada pasada, los debates se han sucedido. El caso Casillas vs Diego López, las actuaciones de Pinto sustituyendo a Valdés…han generado situaciones de mofa y de críticas sangrantes. Estos calificativos se quedan cortos cuando Iker Casillas tuvo sus desafortunadas actuaciones en el pasado Mundial. Todos tenemos capacidad de análisis, todos vemos los errores cometidos, pero, ¿hace falta llegar a traspasar los límites del respeto hacia un deportista?
Llega la pretemporada y vuelven las opiniones dispares, las críticas feroces, errores de Casillas y un error del guardameta chileno que debutaba con el Barça, Claudio Bravo. Los titulares se suceden, tildando al ex arquero “txuri urdin” de “manos de mantequilla”, “se le han doblado las manos“, “estaba muy nervioso” y demás barbaridades leidas en redes sociales. Vamos a ver señores. Independientemente de que cobren millonadas, son porteros, como tú, como yo, cometen errores como seres humanos que son, necesitan un proceso de adaptación como cuando tú mismo llegas a un colegio nuevo, o a un lugar de trabajo que no conoces. Tienen una responsabilidad tan grande, que las paradas espectaculares parece que forman parte de su obligación, mientras que los errores, que hay MILES, se magnifican de una manera tan cruel y exagerada, que sólo se usan para desestabilizar y hacer daño a la integridad moral del guardameta. Y eso no lo podemos consentir.
Siempre he sido de la opinión de que los porteros somos una gran familia. Tenemos un puesto muy específico, somos un “gremio” tradicionalmente apartado y maltratado dentro de este deporte. Si nosotros no hacemos piña y defendemos nuestro puesto y nuestros compañeros, nadie lo hará queridos amigos porteros. Podemos criticar, siempre con educación, respeto y analizando el porqué del error y su forma de corregirlo, de ahí podemos aprender todos. Tenemos nuestros gustos, nos gustará un portero más o menos, sus acciones serán mejores o peores, nos caerá bien o mal, pero no nos equivoquemos. Al fin y al cabo, es uno más de nosotros, es nuestro COMPAÑERO. Por ello, intentemos erradicar esa figura que nos venden en los medios sensacionalistas de nuestro país, tratando a algún guardameta como un criminal por haber fallado. Dignifiquemos nuestro puesto.