Aviso número 1, por Passarella (19 de diciembre):
Si Ortega hace boludeces, con Jota Jota no va a jugar”.
Aviso Número 2, por Juan José López (5 de enero):
Ninguno jugador tiene firmado un contrato en el que dice que tiene que ser titular. Tienen derechos y obligaciones. Queremos una disciplina de convivencia, entrega y constancia en el trabajo, porque, si no, no se puede trabajar. Acá nadie es imprescindible”
El 6 de enero de 2011 podría quedar en el calendario riverplatense como el día en el que se terminó la carrera de Ortega en el club. El día en el que una gloria como Juan José López tomó una de sus primeras decisiones fuertes como técnico de River y probablemente le haya puesto un punto final a la historia del jujeño, el considerado último gran ídolo. Para algunos, sin embargo, Jota Jota es solamente el brazo ejecutor de una decisión que podría haber llegado del propio Passarella, el hombre que lo hizo debutar en Primera División el 14 de diciembre de 1991, ante Platense.
A los 36 años, le queda contrato hasta junio y tienen una deuda grande. Passarella siempre dijo que quería que tanto él como Almeyda siguieran ligados al club después del retiro, en otras funciones. No es el final que un ídolo se merece, sin poder despedirse adentro de la cancha. Ni siquiera estuvo ante Estudiantes y Lanús, en las dos últimas fechas. Basta para Ortega. Un final indeseado por todos.
“Le comuniqué que como medida disciplinaria no lo iba a tener en cuenta en este momento. Es un problema deportivo y disciplinario”, explicó el Negro López. Ortega no esperaba semejante bomba y le había dicho a Olé: “Hoy voy a ir como si fuera un día normal. Después de que charle con Juan José López, si hace falta, hablaré”. El jujeño llegó temprano aunque estaba citado para más tarde, intentando hacer buena letra, se cambió en el vestuario y completó las pruebas físicas. Después el técnico lo llamó y le anunció que podía irse a otro club, porque así no le servía.
Ortega faltó a una práctica del torneo pasado, previo al partido con Estudiantes, algo que no le gustó nada a JJ López. Tampoco le cayó nada bien que faltara al inicio de la pretemporada, pese a que Seveso confirmó un cuadro gastrointestinal. Tomó la decisión, al igual que Simeone en su día, de prescindir de él. ¿Futbolísticamente es correcto? En un River en el que nadie logra destacarse demasiado, su rendimiento fue de los más flojos. Pero siempre se da lo mismo: cuando juega de titular y no rinde se pide que se le dé la baja; cuando entra desde el banco y larga unos chispazos, se reclama su titularidad. ¿Disciplinariamente es correcto? Solamente Jota Jota y el grupo saben eso. Públicamente, lo que se dio a conocer es aquella ausencia sobre el final del año pasado y el faltazo con justificación médica en el inicio de la pretemporada.