En la antigüedad disponer de nieve y hielo durante los meses más calurosos para refrescar bebidas y conservar alimentos, además de para usos terapéuticos, resultó ser toda una necesidad, generándose a su alrededor una industria que llegó a ser hasta tradicional, creando puestos de trabajo y contribuyendo al desarrollo de todo un entramado comercial, para acabar dejándonos al final todo “un patrimonio industrial de la nieve”.
A comienzos de la Edad Moderna, eclosiona el consumo de la nieve y el hielo; en el siglo XVI se populariza su uso siendo las clases elevadas (la realeza, el clero y la nobleza) las que contribuyen a su expansión, lo que crea un desarrollo del comercio en toda Europa, y que perdura hasta finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, coincidiendo con la incipiente competencia industrial de producción de hielo. En España, el consumo se hizo masivo a partir del siglo XVI, lo que obliga a la construcción de los pozos neveros y se convierte en artículo de primera necesidad, siendo los siglos XVII y XVIII los de su mayor apogeo.
El abastecimiento local del producto se convirtió en un obligatorio servicio público, estimándose como un servicio común más. Era inexcusable su suministro, con obligación de su venta al público en general y con la necesidad de cumplir un servicio social para con los enfermos de los hospitales y los menesterosos.
Las neveras, pozos de nieve o hielo, que así se denominaron, consistían en la apertura de una poza (más amplia que los pozos), cuyas paredes se revestían de mampostería caliza o bien de fábrica de ladrillo, dotada en su fondo de un conducto de desagüe destinado a evacuar el agua de deshielo. En este recipiente se apisonaba, por tongadas o capas, la nieve o el hielo acarreado, extendiendo cada 30 cms una capa de paja con la doble finalidad de contribuir al aislamiento térmico y a servir de junta de rotura para extraer los trozos de hielo para su venta. A muchas de estas neveras no se las dotó de edificio protector.
Venta de hielo
Su uso se generalizó durante los siglos XVII-XVIII, cuando los neveros (nombre con el que se conocía a los trabajadores del pozo) transportaban la nieve desde la montaña y la almacenaban en estos edificios donde la prensaban. Una vez formada la capa de hielo de metro y medio de espesor, se ponía por encima paja para su posterior conservación y comercialización. De igual forma, la nieve se vendía en forma de aloja (nieve mezclada con miel y otras especias).
GÓMEZ FERNANDEZ-CABRERA, Jesús: Villa de Orgaz. [En línea].- Disponible en www.villadeorgaz.es
El pozo de nieve de Nava del Rey
Situado junto al Lavajo de las Cruces, a la derecha del camino que conduce hacia la ermita de Nuestra Señora de la Concepción, se levanta el que fue durante siglos el único refrigerador de hielo de la localidad y de los alrededores.
El pozo de la nieve de Nava del Rey antes y después de su rehabilitación
El pozo tiene más de seis metros de profundidad y también se han acondicionado los exteriores del edificio y se ha construido una rampa de acceso.
Foto: Jesús Anta Roca (https://jesusantaroca.wordpress.com/tag/nava-del-rey/)
En 1906 el Ayuntamiento construyó anexo al pozo una casa-asilo que hoy no existe. En la década de los sesenta del siglo XX el pozo se utilizó como depósito de orujo, e incluso de paja.
En 2010, ante el acelerado deterioro del edificio y la falta de financiación por otras vías, el Ayuntamiento de Nava del Rey restauró el edificio bajo la dirección del arquitecto Alfonso González Gaisán.
Las obras fueron financiadas a cargo del Fondo Estatal de Empleo y Sostenibilidad Local, el designado Plan E.HORARIO:
Abierto todos los días.
- VERANO (21 de junio-14 de septiembre): 08 a 20 h.
- INVIERNO (15 de septiembre-20 de junio): 08 a 18 h.
Fuentes:
-https://www.santiagonoguero.es/pozos-de-nieve-y-hielo/
-EDIFICIOS Y CONJUNTOS DE LA ARQUITECTURA POPULAR EN CASTILLA Y LEÓN (José Luis Sáinz Guerra)
-https://www.elnortedecastilla.es/v/20110331/valladolid/nava-pide-pozo-nieve-20110331.html