El PP acusa a RTVE de manipulación

Publicado el 29 abril 2011 por Rgalmazan @RGAlmazan

Los que tenemos cierta edad y algo de memoria, no podemos olvidar las manipulaciones de RTVE en épocas pasadas. Por eso mismo, decir hoy que la televisión pública española ha alcanzado la cota más alta de manipulación, es mentir miserablemente.

Lo que ocurre es que hay quien que está dispuesta a mentir, a manipular, a cualquier cosa con tal de tener a la gente a sus pies y que hagan, digan y se muestren como fieles siervos de su poder.

Ahí está el Partido Popular, el rey del mambo, que en un ejercicio más de un totalitarismo vergonzoso, confunde la libertad de expresión de los medios de comunicación, con lo que ellos quieren oír.

RTVE ha sido utilizada por los políticos del poder como medio de propaganda, y hoy, la cosa ha cambiado. Partiendo de que la objetividad no existe, no es posible comparar la neutralidad e independencia de los profesionales de RTVE de hoy, con los de otras épocas.

Sin embargo, el PP, dispuesto a llegar a acumular todo el poder y sabedor de lo valioso que puede ser una televisión pública a su servicio, no está de acuerdo en que hoy RTVE le critique y cuente informaciones veraces pero que van en contra de sus intereses.

Por eso la señora Conspirar Cospedal (perdón, en qué estaría yo pensando), se permite hacer una acusación de parcialidad a la televisión pública y sus profesionales, en el programa de Ana Pastor, pero le molesta que la presentadora no le dé la razón y le salga respondona, y con su insolencia y prepotencia conocida, cuando le preguntan no es capaz de dar un modelo de televisión alternativo. Claro que no lo da, porque le debe dar vergüenza.

Las televisiones más parciales, más sumisas al poder, las que cada dos por tres sus comités de empresa piden la dimisión de la dirección, son las televisiones autonómicas de Valencia y Madrid. Los sufridores de esas televisiones sabemos bien como es el modelo de TV del partido popular: “Quien se mueva no sale en la foto”. Unas televisiones llenas de paniaguados capaces de cualquier mentira o manipulación, con tal de defender a sus amos.

Estos chicos peperos están acostumbrados a que nadie les contradiga y a que les contesten siempre: Sí, bwana. El modelo del PP está claro: Telemadrid y Canal 9. O sea, tergiversación, manipulación y ocultación de noticias.

Si alguien tiene dudas que ponga en la balanza de la independencia y de la profesionalidad, en un lado a Sánchez Dragó, Urdaci o Hermann Tertsch.; y en el otro, a Ana Pastor, Pepa Bueno o Fran Llorente.

Ana Pastor es una joven periodista, que no se casa con nadie, y que ha demostrado en poco tiempo su gran profesionalidad. Recordemos que ha entrevistado a pesos pesados como: Rubalcaba, Gaspar Llamazares, Simón Peres, Esperanza Aguirre, (con quién también tuvo un pequeño rifi-rafe, ¡qué casualidad!) Ahmadineyad o Juan Manuel Santos, habiendo pasado la prueba, nada fácil, con soltura y oficio.

Ante las acusaciones del PP, ha salido defendiendo la neutralidad y profesionalidad de los trabajadores de la televisión pública.

No me cabe la menor duda de que lo que quiere el PP, descalificando a RTVE, es extender la infamia de que sirve al poder de hoy y va en contra suya (por cierto que el director fue nombrado de acuerdo entre PP y PSOE), para desprestigiarla. Y después, privatizarla para dársela a algún empresario amigo, que sin duda, velará por mantener una línea pepera, lejos de la imparcialidad y de otros partidos, aunque sea sólo por agradecimiento.

Y ya saben el lema del PP, para con los medios de comunicación, “Prohibido discrepar, y si no, te las verás conmigo”.

La verdad es que la secretaria general del PP no ha hecho sino lo que de ella se puede esperar, criticar a la televisión pública por no rendirse a sus intereses, y después hacerse la víctima, sintiéndose ofendida por una “simple” periodista. De esta forma ha abierto la espita de la guerra a RTVE. No les basta con tener en su haber la caverna mediática. Quieren neutralizar a una televisión que puede decir verdades que otras ocultan. Y no nos olvidemos, estamos en precampaña electoral.

Salud y República