Cualquier persona en pleno uso de sus facultades mentales debería ser un ser pacífico y sociable, lo cual no quiere decir que se indigne ante las injusticias y reaccione ante los que le pretenden arruinar la vida; eso no significa que vaya a usar cualquier tipo de violencia para solucionar sus problemas, pero tampoco es aconsejable que el causante de su mal lo siga poniendo a prueba y llevando al límite, pues ese ciudadanos pacífico puede llegar a un punto de no retorno y reaccionar de un modo desesperado, aunque luego pensemos el resto que ha perdido la cabeza: no es tan difícil perder la cabeza cuando un banco rescatado con dinero público te desahucia, un empresario te despide aplicando la reforma laboral del PP y tus hijos pasan hambre y frío porque te niegan ayudas sociales.
Si los políticos no estuvieran tan ocupados exhibiendo su estúpida puerilidad, su avaricia desmedida, su egoísmo y megalomanía esquizofrénica, y pusieran un instante los píes en el suelo y observaran un poco lo que sus decisiones provocan en ciudadanos humildes y honrados, entonces entenderían en ese instante que la noticia destacable no sería el alunizaje de ese pobre empresario arruinado y desesperado, sino el sistemático alunizaje de las políticas de austeridad representadas por el gobierno del PP contra la libertad de los ciudadanos. Desgraciadamente no lo van a hacer, están demasiado ocupados inventando términos para ocultar los problemas que su nefasta política provoca.