La exaltación de Rajoy es la opción elegida por Casado para afrontar la crucial etapa electoral que se avecina, un camino que emprende aconsejado de cerca por otro discípulo de Rajoy, el presidente gallego Núñez Feijoo.
Habría sido suficiente un ligero análisis de la historia reciente de España para desechar la ruta de Rajoy, tras comprobar el mal recuerdo que han dejado él y colaboradores suyos odiados, como Soraya Sáez de Santamaría, Montoro y otros.
Los españoles no olvidan que regalaron a Rajoy una sólida mayoría absoluta en las urnas con el mandato de que eliminara la dura enfermedad de corrupción, degeneración y pobreza económica que infectó a España bajo Zapatero, pero Rajoy, en lugar de hacerlo condecoró al inepto ZP y mantuvo intactas casi la totalidad de su política, incluyendo la ley de Memoria Histórica, una aberración que apostaba por el enfrentamiento y el odio, liquidando la reconciliación que los españoles sellaron tras la muerte de Franco.
Pero, además de esos errores, Rajoy protagonizó otras traiciones, como la de subir impuestos cuando prometió que los bajaría, no reformar la enseñanza, degradada por los socialistas, mantener la corrupción activa y a todo gas y permitir que Pedro Sánchez, el más infame de los presidentes españoles desde hace siglos, accediera al poder mediante una vergonzosa moción de censura, que Rajoy y los suyos no supieron o no quisieron neutralizar.
El terrible sanchismo que hoy padecemos, con la escoria comunista, filo etarra y golpista afincada en el poder, se la debemos, en gran parte, a los errores y carencias de Rajoy.
La vía Rajoy es la que ha llevado siempre a la derecha española a la derrota y la que ha hecho que nazca VOX y crezca como la espuma, acogiendo a los millones de españoles frustrados por la cobardía, los complejos y la socialdemocracia camuflada del PP.
La más evidente prueba de que el PP de Casado ha elegido la ruta de Rajoy es lo que acaba de declarar Cuca Gamarra, la portavoz de Pablo Casado, según la cual "El feminismo y el ecologismo forman parte de la esencia del Partido Popular", lo que constituye una decepcionante copia exacta de lo que afirman el PSOE y sus socios comunistas.
Millones de españoles demócratas miran con preocupación al PP, temerosos de que una vez más sea víctima de sus complejos y no sea capaz de enfrentarse con entereza y solvencia a las izquierdas que están arruinando y demoliendo España.
Las políticas y estrategias de los populares no interesan sólo a sus militantes porque España entera necesita un PP fuerte y capaz de derrotar a la sucia coalición integrada por socialistas radicalizados, comunistas, golpistas catalanes, filo etarras y mercenarios vascos.
La ruta Rajoy implica acercarse a la izquierda para pescar allí votos, un camino que ya ha experimentado el PP, siempre con fracaso, porque la izquierda jamás votará al PP, mientras que su electorado natural de derecha, frustrado, migra a VOX y a otras opciones más auténticas, valientes y acordes con lo que España necesita y demanda en esta época de decadencia, desprestigio, avance de la pobreza y destrucción, dramas promovidos por el social comunismo.
Francisco Rubiales