Tal vez no sea del todo justo, pero es mas que evidente que Rajoy, al igual que Zapatero, perdería hoy las elecciones frente a cualquier adversario y hundiría a su propio partido durante muchos años Si las cosas no cambian intensamente, ocurrirálo mismo cuando se convoquen las elecciones generales y los ciudadanos tengan la oportunidad de trasladar a las urnas su frustración y rechazo a las mentiras, abusos y corrupciones.
Es evidente que Rajoy está abrasado y que ya no sirve para la política, pero los suyos son incapaces de asumirlo porque son mas esclavos que librepensadores, mas militantes de un partido vertical que servidores del interés general de España.
Los españoles no le perdonaron a Zapatero sus mentiras, sus errores ante la crisis, sus debilidades ante el independentismo, sus negociaciones y trampa opacas y su fácil convivencia con la corrupción y el abuso de poder. A Rajoy no le perdonan por las mismas razones, a las que hay que agregar un par de ellas que son genuinas y angustiosas: su incumplimiento de lo que prometió en campaña electoral y su pasividad desesperante y cobarde ante los problemas.
Rajoy está mas que quemado y amortizado y ya es mas que un peso muerto o un lastre. Es todo un cadáver y una atroz vía de agua abierta bajo la linea de flotación del PP y del liderazgo de España.