Asturias está llena de bellos pueblos y aldeas, tanto de costa como de interior. Hoy llega a nuestro blog una de esas localidades del Principado que te deja totalmente enamorado. Se trata de Tazones, una antigua aldea de pescadores que sigue manteniendo todo su encanto marinero.
La villa marinera de Tazones, en Asturias. Foto: Belén Valdehita
Tazones y Carlos I
Situado en el concejo de Villaviciosa, Tazones fue antaño un destacado puerto ballenero. Hace casi cinco siglos, los habitantes de esta por entonces aldea debieron quedar muy sorprendidos cuando en su puerto desembarcaba un joven que venía a reinar a España, Carlos I.
Corría el año 1517, y el monarca, que llegaba desde Flandes, pisaba por primera vez tierras españolas. Este singular evento se rememora cada año en el mes de agosto, coincidiendo con las fiestas de San Roque, una santo muy venerado en Asturias. Se celebra el acontecimiento con una representación teatralizada del desembarco.
Vistas desde la zona alta de Tazones. Foto: Belén Valdehita
Se cuenta que tanto el rey Carlos I como sus hombres fueron obsequiados a su llega con tazones de leche, y de ahí el nombre que adoptó la aldea asturiana. Hay otra teoría, que asegura que el nombre procede de una derivación de la palabra “estacones”, los postes a los que se amarraban las embarcaciones del puerto.
Tazones, Conjunto Histórico Artístico del Principado
Como en otros muchos pueblos de Asturias, Tazones se construyó mirando al mar. En torno al puerto y a la playa se fue desarrollando la aldea, que asciende por los verdes montes que se encuentran junto a la costa. Casas bajas con vivos colores y calles empedradas conforman la fisonomía de esta singular población.
Detalle de la "Casa de las Conchas" de Tazones. Foto: Belén Valdehita
Tazones está integrada por cinco pequeñas aldeas o barrios. A saber: La Atalaya, Las Mestas, Villar, San Miguel y San Roque. Estos dos últimos fueron declarados por el Principado de Asturias “Conjunto Histórico Artístico” en el año 1991.
Horreo en la villa de Tazones. Foto: Belén Valdehita
Miremos donde miremos encontraremos en Tazones rincones con mucho encanto. Llaman especialmente la atención algunos hórreos, más habituales en la zona de interior que en la costa. También es muy peculiar una vivienda llamada “La Casa de las Conchas”, que está forrada de estos moluscos y otros detalles procedentes del mar. Otro lugar especial es la Iglesia de San Roque, situada en el barrio de San Miguel.Iglesia de San Roque, en Tazones. Foto: Belén Valdehita
Resulta de lo más recomendable subir desde el puerto a las zonas más altas de Tazones. Una vez arriba, además del agradable paseo, conseguiremos las mejores vistas de la localidad y de la costa.
La playa y el puerto de Tazones
Marcando el final del pueblo de Tazones en su encuentro con el mar, se hallan dos de los lugares con más encanto de la villa. Se trata de la playa y del puerto. La playa de Tazones posee un pequeño arenal que da a mar abierto, y que suele desaparecer por completo cuando sube la marea. Tanto en los alrededores de la playa como de la localidad encontraremos varios yacimientos de huellas de dinosaurios que forman parte de la llamada Costa Jurásica Asturiana.
Playa de Tazones. Foto: Belén Valdehita
En cuanto al puerto, también es de pequeño tamaño, pero de lo más pintoresco. Se construyó de manera que quedase a resguardo del duro mar Cantábrico. Al puerto de Tazones llegan los mariscos y pescados frescos que se sirven en los restaurantes y tabernas de la localidad, algunas de ellas situadas en la zona portuaria y de la playa.
Puerto de Tazones. Foto: Belén Valdehita
El Faro de TazonesTazones cuenta con su propio faro, que se encuentra en la aldea de Villar, en la llamadaPunta del Olivo o de las Ariceras, a 127 metros sobre el mar. A él se accede por una bonita carretera junto a la costa. Este faro se puso en marcha en el año 1864, y es uno de los mejor conservados del litoral asturiano. De dos plantas y torre octogonal, el Faro de Tazones alberga en su interior una escalera de caracol de hierro de 37 peldaños que lleva hasta a la linterna. Esta se encuentra protegida por una cúpula rematada con un pararrayos y una veleta.
Faro de Tazones. Foto: Belén Valdehita
El faro está edificado en una gran parcela ajardinada que está vallada, y en frente se encuentra un restaurante donde se come estupendamente, barato y con unas vistas privilegiadas. En realidad, todo el entorno del faro es ideal para obtener estupendas panorámicas de la costa asturiana.
Vista de Tazones desde el puerto. Foto: Belén Valdehita
A Tazones se puede acceder por la carretera local VV-5 desde Villaviciosa, y el propio recorrido hasta el pueblo, lleno de curvas y vegetación, nos servirá para abrir boca de lo que nos espera. Y no nos referimos sólo a su exquisita gastronomía marinera, sino a todo el encanto y belleza que nos reserva el pintoresco pueblo asturiano de Tazones.