Isidre Fainé, de 70 años, Presidente de “la Caixa” y de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), tendrá que llamar rápidamente a capítulo a Artur Mas para darle unos cachetes cariñosos mientras le advierte “Deixa't de ximpleries, xaval” déjate de chorradas, chaval.
Fainé hablará no sólo en nombre de la Caixa, sino también de centenares de grandes empresas catalanas, la primera Gas Natural, además vinculada a la Caixa, que facturó 21.076 millones de euros en 2011, la mayoría en España.
Sigue la lista con Volkswagen, 5.576, Seat, 5.049, o Nestlé, Novartis, Mango, Zurich, Danone, Sony, Bayer, Puig, Gallina Blanca, Bimbo, Artiach, Casa Tarradellas, La Seda, Roca, Tous, las empresas de cava y muchas compañías más.
Don Isidre, aparte de transmitir el mensaje de los otros empresarios, tiene motivos para hablar en nombre propio: la Caixa acaba de absorber Banca Cívica, que es la suma de Caja Navarra, CajaCanarias, Caja de Burgos y Cajasol, que a su vez venía de la fusión de las cajas El Monte (Huelva, Jerez y Sevilla), San Fernando y Guadalajara.
Recuerdan los expertos que la unión de la Caixa y Banca Cívica creó la mayor entidad financiera española del momento, con unos activos gestionados de 345.000 millones de euros y algo más de 13 millones de clientes.
La Caixa ahora es muy española: tiene 6.577 sucursales en 46 provincias, de las que en Cataluña sólo son 1.707.
Y esos 13 millones de clientes, que amaban a sus antiguas cajas regionales, no van a simpatizar demasiado con quien dependa de la Diada y sus patrióticos maulets.
Más aún con una Cataluña independiente, fundarían nuevas entidades populares de ahorro, y le robarían la clientela a la Caixa, ahora la verdadera Caixa España.
Fainé, dele ya los cachetes al Mas intrigante.
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SALAS