«sepa usted que, para mí, los personajes de ficción pueden ser tan reales como sus propios creadores, o más; lo que quiero decir es que están más vivos, son más eternos. Don Quijote, por ejemplo, es más real que Cervantes; Hamlet, que Shakespeare; Sherlock Holmes, que Conan Doyle, y, por supuesto, don Avito Carrascal, que yo mismo —explicó don Miguel—.»
Personalmente llegué a este autor de 63 años atraído por su vinculación con Salamanca, mi ciudad natal, desde que publicara "El manuscrito de piedra", una novela histórica detectivesca en la que el por entonces estudiante de leyes en la universidad salmantina, Fernando de Rojas, se encarga de desentrañar y encontrar al culpable de los extraños crímenes que estaban sucediendo en la ciudad, concretamente en el espacio que hay entre el convento de los frailes capuchinos de San Esteban y la catedral salmantina. Esta novela, que leí al poco de ser publicada en 2008, fue muy de mi agrado. Me gustó ver deambular por las calles de mi ciudad en pleno final del siglo XV a frailes como el protector de Cristóbal Colón Diego de Deza, a prostitutas como las discípulas de la Celestina y a la Celestina misma, a personajes históricos como el escritor Juan de Valdés y su seguramente obra suya El Lazarillo de Tormes, al fallecido Príncipe de Asturias heredero del trono de España Juan de Trastámara, al creador Juan del Enzina, etc. Se mezclan en esta novela histórica seres reales y de ficción siendo la primera de las seis de la serie 'Pesquisidor Fernando de Rojas' tituladas de manera semejante con la única variación del complemento preposicional del sustantivo 'manuscrito': nieve, fuego, aire, barro y niebla. En todas ellas el protagonista detective es el atribuido autor de La Celestina, Fernando de Rojas.
Abandoné a Jambrina y a sus manuscritos tras la lectura del primero. Había conocido ya su manera de escribir y la ubicación de las otras novelas de la serie (todas ellas en los primeros años del siglo XVI) no me atraía lo suficiente. Sin embargo la figura del novelista afincado en Salamanca volvió a cobrar interés para mí a raíz de la publicación de su libro La doble muerte de Unamuno aparecido en 2021. Se trata de un ensayo en el que el autor indaga en las circunstancias que rodearon la muerte del escritor el día 31 de diciembre de 1936 y la utilización política que de su figura intentaron hacer los sublevados de julio de 1936. Partió Jambrina para este ensayo del documental que en 2020 había realizado el director y guionista cinematográfico Manuel Menchón sobre el escritor bilbaíno, que tituló Palabras para un fin del mundo.
Tras ver el documental de Menchón y hojear la ampliación y profundización de Jambrina sobre esos días aciagos para don Miguel era de rigor que leyese esta nueva propuesta literaria, en esta ocasión también detectivesca, que de la interesante figura de don Miguel de Unamuno hacía el profesor salmantino. Así lo he hecho y al finalizar la amena lectura saco conclusiones semejantes a las obtenidas tras la lectura del primero de sus 'manuscritos'. En definitiva diré que me ha gustado deambular por calles, plazas y establecimientos salmantinos archiconocidos y archiapreciados por mí como la plaza Mayor, la calle de la Rúa antigua, la calle Meléndez, el parque de San Francisco, la calle de Miñagustín...; así mismo he disfrutado al entrar en su compañía en el café Novelty, en el hoy desaparecido Figón del Armuñés, en la afamada joyería Cordón, o en la mismísima Universidad de la ciudad y en su rectorado que en la fecha en que transcurre la historia, año de 1905, ostentaba el catedrático de Griego don Miguel de Unamuno.
Salmantino como soy he disfrutado reconociendo apellidos abundantes en mi ciudad que me han acompañado a lo largo de mis años escolares y/o universitarios: Maldonado, Llorente, Zamarreño, Yeltes, Villar... Naturalmente también han sido muy bien recibidas por mí las localizaciones donde se desarrolla la trama que además de en la capital salmantina sucede en Ciudad Rodrigo y sobre todo en la pequeña localidad de Boada. Es precisamente aquí, en Boada, pueblo perteneciente a la comarca del Campo de Yeltes y de la jurisdicción de Ciudad Rodrigo, donde tienen lugar los crímenes que dan pie a que Unamuno comience a investigar. Ver a los protagonistas del relato, el propio Unamuno junto al abogado Manuel Rivera y la anarquista catalana Teresa Maragall López, estos dos últimos seres de ficción, deambular por la comarca salmantina en tren y llegar a pueblos como La Fuente de San Esteban ha sido un placer difícil de describir.
En medio de esta discusión periodística e intelectual sucede el asesinato de Enrique Maldonado, ganadero beneficiado por la privatización. El pueblo de Boada es acusado de ser el autor colectivo de esta muerte. Estamos ante una nueva Fuenteovejuna. La cosa se ve complicada con otras muertes de personas relacionadas con el tal Maldonado: la de Amalia Yeltes, amante de Enrique, y el de otros cuyo nombre no desvelaré para no destrozar la lectura. Junto a los fallecidos tienen papel relevante en la trama personajes como Daniel Llorente, amigo de Enrique Maldonado; Pedro Villar, capataz de Daniel Llorente; Ana Juanes, esposa de Enrique Maldonado y madre del hijo de ambos, Juan Maldonado; y otros más.
Los tres investigadores, en especial Unamuno, se conjuran para resolver los crímenes lo antes posible dado que el gobernador salmantino, Pablo Aparicio (otro apellido muy de mi ciudad)- tiene prisa por cerrar el asunto. La resolución, como no podía ser de otro modo, tiene mucho que ver con la actividad profesional de don Miguel. Quiero decir que sus conocimientos filológicos así como su quehacer literario (autor de novelas, ensayos y poemas) son de la mayor relevancia a la hora de resolver el caso. Quizás la resolución ya la viene anticipando el lector desde algunas páginas atrás, pero la justificación del hallazgo de la misma sí que es algo sorpresiva y, en mi opinión, quizás venga algo traída por los pelos. Pero como digo en el cierre del primer párrafo de esta reseña, El primer caso de Unamuno de Luis García Jambrina es una novela entretenida que se lee bien y con agrado._______________________Nota: Con este título cumplimento la letra J del reto Autores de la A a la Z.