Desde que comenzara la liga española oficialmente en la temporada 1928-1929 no hubo que esperar mucho para que el fútbol español viviera el primer clásico de la historia de la Liga española entre el Real Madrid y el Barcelona.
En aquella primera liga de tan sólo 10 equipos los dos conjuntos se citaron en la segunda jornada.
Seguramente ninguno de los jugadores e incluso asistentes a aquel partido pudieran pensar la importancia del momento que estaban viviendo. Estaban haciendo historia del fútbol mundial.
Nacía el primer Clásico de la historia, nacía una de las mayores rivalidades del mundo del fútbol en general y del deporte en general.
El 17 de febrero de 1929 se empezó a escribir la historia de los Real Madrid - Barcelona.
El primer duelo se vivió en tierras catalanas y tuvo como árbitro principal del encuentro a Steimborn Ludeuvik de nombre Jose María y que aunque por sus apellidos le diera al partido aspecto de encuentro internacional, era de origen guipuzcoano.
El partido se celebró en el estadio de Les Corts y enfrentaba a dos equipos que venían como lideres invictos e imbatidos de la primera jornada.
Aquel día el Real Madrid se llevó el primer clásico de la historia de la Liga española por 1 a 2
Los goles los marcaron primero en dos ocasiones en los minutos 10 y 55 para el Real Madrid el centrocampista Morera y ya en el minuto 70 para el Barcelona el delantero Parera que puso en el marcador el definitivo 1 a 2.
Aquel resultado colocó al equipo de Jose Quirante (entrenador del Real Madrid de la época) como líder en solitario de la clasificación general.
Además ese marcador produjo un dato que más allá de relevante es ciertamente curioso.
Al llegar ambos equipos invictos e imbatidos y marcarse goles ambos quedó para la historia que el primer gol en liga al Barcelona lo marcó un jugador del Real Madrid y al contrario, el primer gol al Madrid fue de un jugador del Barcelona.