El primer día de clase

Por Conojosdemadre @conojosdemadre
El primer día de clase, la profesora cuenta una cuento a sus alumnos de primero de primaria. Va de un niño que cuando se porta mal su madre le da unos azotes en el culo. El culo le pide al niño que se porte bien para no recibir más golpes pero el niño no le hace caso. Así es que, como el culo no estaba dispuesto a seguir siendo azotado, una noche se va. A la mañana siguiente, el niño se encuentra con que no puede hacer muchas cosas como sentarse o montarse en los columpios. Por la noche pide que vuelva su culo y asegura que se portará bien.
¡¿Qué os parece?! El mensaje claramente es éste: si no os portáis bien, o sea, hacéis lo que yo digo cuando yo lo digo, os arrepentiréis. Por no hablar de los azotes! normalizar desde la escuela el maltrato físico es algo penoso de verdad.
Lo cierto es que mi hija se tronchaba con eso de que el culo se despegaba y se iba solo, le hacía mucha gracia. Yo le preguntaba "pero.. qué es portarse mal?", ella me contestaba "pues jugar a indios en casa y romper un jarrón", "ya.. la casa no parece un buen sitio para jugar a indios, no?, "noo", "y por qué su madre no le decía donde podía jugar a indios sin peligro de romper nada?", "no sé.. le pegaba..", "yo creo que ningún niño debería recibir azotes, da igual lo que haga, siempre hay una forma de decir las cosas sin hacer daño, por muy enfadado que uno esté", "yaa, le podía haber dicho que no le gusta que le rompan sus cosas!"
Me asusta que los niños vean normal la violencia que se ejerce contra ellos.. porque entonces verán normal cualquier tipo de violencia y aunque no les guste, ni siquiera la justifiquen, bajarán la cabeza.. porque las cosas son así.. es lo que ven, reciben, les han enseñado.. Y aunque en casa nos esforcemos porque la violencia no sea lo normal el mundo va ocupando cada vez más espacio en nuestro pequeñines y la verdad, a veces se siente vértigo. Me gustaría y deseo con todas mis fuerzas que desde la escuela este tema se tomara tan en serio como leer y escribir pero es algo que, independientemente de la filosofía del centro, depende en gran medida de la sensibilidad del profesor o profesora.
Sabéis lo que haría yo el primer día de clase? trataría el hecho de que cada una de esas pequeñas personitas son seres únicos, irrepetibles y valiosos en sí mismos. Me parece importante recalcar ésto en un tiempo y en un espacio en el que todavía se penalizan las diferencias.
Me viene a la mente Elmer, el elefante de colores, lo conocéis? Elmer, como decía, es un elefante de colores y vive con muchos otros elefantes todos de color gris. Elmer simpre les hace reir. Una noche le da por pensar que como no se van a reir de un elefante de colores, donde se ha visto eso! Concluye que está harto de ser diferente y esa misma noche deja la manada para pintarse de gris. Cuando vuelve nadie le reconoce. Después de un tiempo entre el resto de elefantes le empieza a entrar la risa, no aguanta más, levanta su trompa y les pega un susto tremendo gritando "tururuuuú". Entonces todos empiezan a reir y se alegran tanto de volver a tener a Elmer entre ellos que deciden hacer una fiesta en la que todos los elefantes se pintan de diferentes colores y formas, como Elmer!
Terminaría diciendoles a los niños que en esta clase todos ellos son como Elmer, cada uno con sus colores y formas, como en la fiesta final. Les diría que cada uno tiene sus gustos, su forma de hacer las cosas, su ritmo, que a unos les hace sentir bien unas cosas y a otros otras, cada uno tiene sus dibujos favoritos, su juego favorito, su cuento favorito, a unos les gusta más bailar y a otros cantar, a unos se les da mejor una cosa y a otros otra.. quizá les preguntara a cada uno qué es lo que les gusta más del mundo entero y qué es lo que menos. Sería una bonita forma de ir conociéndonos todos. Total, qué más se puede hacer un primer día de clase!
Luego les daría una hoja con el dibujo de un elefante en blanco y les pediría que pintasen a su elefante como ellos quieran. Y colgaría todos esos Elmers con nombres de niños en el aula, bien a la vista, para que tengan presente que ellos son así, únicos e irrepetibles.