Y también el himno de La Legión, el Novio de la Muerte, es de los más conocidos entre los españoles. Una canción bonita a la par que triste, que cuenta la trágica historia de un legionario que muere en combate y al que le encuentran un poema entre sus ropajes. Digna de una novela, pero la historia que cuenta está basada en la realidad de un legionario que ansiaba la muerte para reunirse con su novia.
En octubre de 1920, Baltasar Queija de la Vega, un joven de 18 años y natural de Riotinto (Huelva) conseguía su primer destino en La Legión. Un cuerpo de voluntarios que contaba con pocos meses de existencia y que aún no había tenido oportunidad de hacerse notar en esa Guerra de Marruecos en la que España intentaba contener a los rebeldes que, aprovechando la orografía y conocimiento del terreno, tenían en jaque al ejército.
Baltasar Queija de la Vega, cabo legionario.
Al poco tiempo de llegar a África recibió la noticia de que su novia, que permanecía en Riotinto, había fallecido. Este hecho afectó de tal manera a Baltasar que llegó a decir a Millán Astray (creador de La Legión) que deseaba recibir la primera bala que llegase del enemigo, después de que Astray le hubiera encontrado llorando.Y así fue. El 7 de enero de 1921 cuando el cabo Baltasar regresaba al campamento de Zoco el Arbaa (cerca de Tetuán) tras una patrulla por la zona, su pelotón sufrió una emboscada y fueron atacados por un grupo de rebeldes que les superaba en número. Aún así los legionarios rechazaron el ataque. Pero Baltasar fue alcanzado por una bala, herida que le causó la muerte, lo que le convirtió en el primer legionario muerto en combate.
En sus bolsillos encontraron un trozo de papel con un corto poema escrito por él que decía así:
Somos los extranjeros legionariosEl Tercio de hombres voluntariosQue por España vienen a luchar
La trágica historia del cabo Baltasar, del poeta Baltasar, corrió por toda La Legión, y avabó llegando a oídos del escritor Fidel Prado, quien redactaría la letra del Novio de la Muerte. El músico Juan Cosa lo convirtió en canción y cuando Millán Astray la escuchó decidió que se usara como himno de La Legión, hasta el día de hoy.
El novio de la muerteNadie en el Tercio sabíaquién era aquel legionariotan audaz y temerarioque en la Legión se alistó.Nadie sabía su historia,mas la Legión suponíaque un gran dolor le mordíacomo un lobo el corazón.Mas si alguno quién era le preguntaba,con dolor y rudeza le contestaba:«Soy un hombre a quien la suertehirió con zarpa de fiera,soy un novio de la muerteque va a unirse en lazo fuertecon tan leal compañera».
Cuando más rudo era el fuegoy la pelea más fiera,defendiendo su bandera,el legionario avanzó.Y sin temer al empujedel enemigo exaltado,supo morir como un bravoy la enseña rescató.Y al regar con su sangre la tierra ardiente,murmuró el legionario con voz doliente:«Soy un hombre a quien la suertehirió con zarpa de fiera,soy un novio de la muerteque va a unirse en lazo fuertecon tal leal compañera».
Cuando al fin le recogieron,entre su pecho encontraronuna carta y un retratode una divina mujer.Y aquella carta decía:«...si algún día Dios te llama,para mí un puesto reclamaque a buscarte pronto iré».Y en el último beso que le enviaba,su postrer despedida le consagraba.«Por ir a tu lado a verte,mi más leal compañera,me hice novio de la muerte,la estreché con lazo fuertey su amor fue mi bandera».Y no me olvido del Cristo de la Buena Muerte, pero esta cápsula no da para más. Lo dejo para otra ocasión.