La obra será un impulso para las economías de Picún Leufú (a 49 km) y Piedra del Águila (a 38 km).
Desde la ruta, por sobre una ladera, se asoma el único molino que hoy está totalmente montado y que formará parte de los 29 que están proyectados.
Un camino de ripio, de unos 9 kilómetros, separa la ruta de la base logística desde la que se coordinan todas las tareas vinculadas a la obra. Allí, el viento empuja fuerte, pero principalmente de manera sostenida, una de las condiciones esenciales para instalar un parque eólico.
La norteamericana AES es la empresa dueña del proyecto y la que en total invertirá 140 millones de dólares para levantar el gigante eólico que tendrá la capacidad de generar 100 MW.
El parque tendrá el primero de seis circuitos funcionando a finales de marzo. En detalle, tendrá cinco circuitos de cinco molinos cada uno y el último será de cuatro. El objetivo es sumar de a un circuito a la vez hasta tener los 29 molinos generando a mitad de año.
Actualmente, hay 11 torres en la etapa de premontaje, tres con el aerogenerador montado a la espera de las aspas y solo uno listo para que se haga el cableado interno hacia el transformador.
Al igual que el molino N°22, que es el único completamente montado, el resto de las torres tendrá seis cilindros de hormigón apilados uno sobre otro, de mayor a menor diámetro.
Para poder cumplir con los objetivos, desde la firma Nordex Acciona, que contrató AES para la obra, decidieron comenzar a trabajar de noche para cumplir con los objetivos.
Estaba proyectado que el parque comience a generar a finales de febrero de este año, pero luego de varios atrasos, principalmente por adversidades climáticas, la encargada del proyecto prorrogó los tiempos un mes más.