Edith Wharton nació el 24 de enero de 1862 en la ciudad de Nueva York. Sus padres, George Frederic Jones y Lucretia Stevens, eran una pareja rica que, además de Edith tuvieron dos hijos más. La pequeña recibió una muy buena educación gracias a la holgada situación económica de su familia. Aun así, Edith ya se sintió sola desde pequeña, sin encajar con sus padres, ni con el mundo que le había tocado vivir. Estos tampoco entendían demasiado bien las inquietudes literarias de la pequeña Edith.
The Mount
Después de divorciarse, Edith decidió instalarse en Francia, a donde ya había viajado en varias ocasiones y le había cautivado. Primero se instaló en París, en el número 53 de la Rue de Varenne, un apartamento que pertenecía a la poderosa familia Vanderbilt.
Poco tiempo después de llegar al que sería su nuevo hogar por muchos años, estallaba la Gran Guerra. Edith usó sus contactos en el gobierno francés que le permitieron acceder al frente, donde muy pocos extranjeros podían acceder. Su testimonio se reflejaría en una serie de artículos que se publicaron bajo el nombre Luchando en Francia: De Dunkerque a Belfort.
Edith Wharton se implicó en la ayuda humanitaria de las víctimas de la guerra. De la mano de la Cruz Roja, organizando conciertos, abriendo hospitales o ayudando a las mujeres desamparadas, fueron algunos de los actos que le valieron la Cruz de Honor del gobierno francés. Estas vivencias fueron también inmortalizadas en un libro, El libro de los desamparados.
En 1918, Edith dejaba su apartamento de París y tras viajar a Marruecos como invitada del General francés Hubert Lyautey, se instaló en Hyères, en la Provenza. Fue allí donde terminaría en 1920 La edad de la inocencia, novela sobre su visión de la alta sociedad neoyorquina en la que había crecido y que le valdría al año siguiente el Premio Pulitzer, siendo la primera mujer en recibir este importante reconocimiento.
Edith continuó escribiendo hasta el final de sus días, tanto novelas y ensayos como libros sobre decoración e interiorismo. Fue amiga de muchos intelectuales como Henry James o F. Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway.
En 1927 Edith compraba una villa en Hyères, el Castillo de Santa Clara, un antiguo convento, en el que diseñó un bello jardín con cactus y plantas tropicales. Diez años después fallecía en otro de sus rincones favoritos, en Saint-Brice-sous-Forêt, cerca de París. Era el 11 de agosto de 1937 y dejaba inconclusa su última obra, Las bucaneras.