Obviamente sabemos que hubo un primer Street Fighter antes de la segunda parte (aunque cosas como Vivancos 3 puedan dictaminar otra cosa), pero su relevancia parece haber quedado injustamente a la altura del betún en la historia del medio, trascendiendo como el precursor de muchas cosas pero solo rememorado con un par de partidejas al MAME. Más allá de sus cuestionables bondades lúdicas, se puede decir que videojuegos de lucha son a día de hoy como son gracias a este juego, sobre todo debido al trabajo de su principal artífice, un diseñador de Capcom llamado Takashi Nishiyama cuya trascendencia le hizo más tarde llegar a recaer incluso en la propia competencia de su obra magna. El Luís Figo de Oriente.
Durante sus años en Irem, el señor Nishiyama fue productor nada menos que del clásico Kung Fu Master allá por 1984 y tras haber parido dos años antes el mítico Moon Patrol. Con esos credenciales no es de extrañar que Capcom se fijara en él y lo contratara. Esta afinidad con las artes marciales se debía a que él las practicaba y era un apasionado cine y el manga relacionado con el tema. De hecho, el mencionado Kung Fu Master es realmente un videojuego basado en Los Supercamorristas, aquella película de Jackie Chan filmada en Barcelona donde salían actores españoles de renombre como Pepe Sancho o Amparo Moreno, solo que fuera de Japón se eliminó cualquier referencia a la misma. ¿Cómo te quedas?
El caso es que Street Fighter fue pionero en muchas cosas cuando salió en 1987. De entrada, por el sistema de control, del que se crearon dos variantes para máquinas arcade. Por un lado fue el precursos de los cabinets con seis botones, en este caso tres para los diferentes tipos de puñetazo y otros tres para las patadas, cosa que ha perdurado hasta nuestros días. El otro modo de controlno perduró tanto por razones obvias: Además de la cruceta de control tan solo existían dos botones para los golpes que tenían diferentes niveles de presión, por lo que emitían un golpe u otro según la fuerza con la que los pulsáramos. El cirio que suponía tener que incluir cableado adicional en la placa Jamma y la dificultad para repararlo por las hostias recibidas hizo que desapareciese este sistema para quedar relegados a esas máquinas de punching-ball golpeadas por señores con camisetas de tirantas y tatuajes tribales en ferias y verbenas de nuestra geografía.
En el juego solo podíamos seleccionar a dos personajes, Ryu y Ken, pero existían otros diez luchadores que debíamos derrotar aunque no tuvieramos la posibilidad de seleccionarlos. La estandarización de los amplios rosters de personajes llegaría con la secuela, aún cuando esta realmente solo tuvo en un principio ocho elegibles. También era curiosa la forma de utilizarlos, ya que si jugábamos solos obligatoriamente nos poníamos en la piel de Ryu usando el mando de control del primer jugador. Ken estaba exclusivamente reservado para un segundo jugador, que si derrotaba al primero, podía enfrentarse al resto de rivales en solitario.
Los diez luchadores se organizaban por parejas que ejercían de abanderados de un país concreto. Los representantes son China, Japón, Estados Unidos, Inglaterra y Tailandia. Éste último era obligatoriamente el grupo final, el resto podían variar su orden, y casi todos los personajes aparecieron en las secuelas del juego y han sido utilizados por Capcom en el trasfondo de la saga, cuyos rocambolescos cruces solo son superados por las enormes pajas mentales de los The King of Fighters donde este cura no es mi padre y a ti te encontré en la calle.
- El grupo de Japón está conformado por Retsu y Geki. El primero es un luchador de una especialidad de Kung Fu llamada Shorinji Kempo. Su escenario tiene de fondo los clásicos templos con pagoda japonesa. Seguramente se tomaría como referencia este lugar para crear el emplazamiento de Ryu en Street Fighter 2. Geki es un ninja enmascarado que utiliza una garra igual a la que utilizaría posteriormente Vega, el luchador español.
- Estados Unidos: Joe practica Kickboxing, y es posible que sea el luchador rubio que recibe un hostión en la cara durante la intro de Street Fighter 2. En un principio se pensó incluirlo en Street Fighter Alpha 3 con un uniforme de presidiario, pero al final fue suplido por Cody, de Final Fight. El caso de Mike es bastante curioso, ya que este boxeador es clavadito a Balrog. Si tenemos en cuenta que en la versión japonesa su nombre está intercambiado con el de M. Bison, tan solo hay que sumar dos más dos para darse cuenta de que Mike Bison es un guiño al Boxeador Mike Tyson. El problema vino cuando Capcom recibió una denuncia por parte del púgil por usar su imagen. De ahí el intercambio de nombres fuera de Japón y la rotunda negativa por parte del estudio al sugerirse que ambos, Mike y Bison, sean el mismo personaje. ¡Ay, pájaros!
- China: Por un lado está Lee, un luchador de Kung Fu del que más tarde beberían estéticamente Yun y Yang de Street Fighter III. Su escenario es la muralla China, que también aparecería en Alpha. El viejete Gen sí que apareció precisamente en SF Alpha y SFIV como personaje seleccionable, y su escenario siempre ha estado relacionado con sucios y solitarios callejones.
- Estados Unidos: Birdie es un mastodóntico macarra que repitió en Alpha. Eagle utiliza palos Bo para luchar, y también retornó en Alpha 3. Además, está basado en un personaje interpretado por Robert Baker que aparecía en la película de Bruce Lee Furia Oriental. Y otra tontería, ¿Se han dado cuenta que el nombre de los dos está basado en términos del mundo del golf?
- Tailandia: Los dos enemigos finales practican Muay Thay como alumno y maestro, y ambos repitieron en entregas posteriores, Adon en Alpha y Sagat como eterno subjefe. Ya se sabe lo que pasó con este último. Se supone que durante el combate final, Ryu lo tumba lanzando un Shoryuken y de ahí la cicatriz que luce el gigante tailandés en el pecho. Un momento cumbre en la historia del videojuego que tan solo lo hemos podido ver interpretado de alguna forma en película animada de 1994 y sugerido en el Dramatic Mode de Alpha, un modo oculto exclusivo del arcade.
La gran mayoría de personajes fueron reutilizados para la secuela, y se mantuvieron detalles como el de mostrar un mapa del mundo con el avión que va de un lugar a otro entre combates, las fases de bonus (en esta consistían en romper baldosas a manotazos, luego se pasaron a destrozar los icónicos coches y barriles) y cómo no, el protagonismo de Ryu y su alzamiento como icono del mundo del videojuego, nada menos. Pues esperen, que ahora viene lo más interesante.
Nishiyama, del que hemos hablado al principio, tuvo algunas diferencias con Capcom durante el desarrollo de Street Fighter, motivo por el que decidió fichar por SNK en 1989, donde se encargaría de crear nada menos que Fatal Fury. Todo el mundo siempre dijo que los de Osaka iban a rebufo de lo que lanzaba su rival. Pues no señor, el padre de los videojuegos de lucha tal y como los conocemos estuvo detrás de ambos contendientes. Tras su salida, Capcom le cedió el control a otro de sus estudios internos dirigido por Yoshiki Okamoto, quien además de ser el artífice de Resident Evil, se podría considerar el otro progenitor de Street Fighter, al menos en lo que a sus secuelas posteriores se refiere.
Pero la cosa no acaba ahí. Takashi Nishiyama tiene un historial posterior impresionante, ejerciendo de diseñador principal o productor en hitos como Samurai Shodown, Metal Slug o The King of Fighters. Allá por el año 2000 decidió abandonar el barco de SNK cuando empezó a hundirse, fundando el estudio que hoy conocemos como DIMPS y siendo el actual president ede la compañía. ¿Y sabéis quienes desarrollaron Street Fighter IV junto a la propia Capcom? Efectivamente, al final este señor cerró el círculo y acabó firmando el último y mejor represenante de la saga que él mismo creó casi 25 años antes. Casi nada.