Hubo una vez un rey para quien no nació ningún hijo; y su corazón se entristeció, y oró por sí mismo a los dioses a su alrededor por un niño. Decidieron que uno debería haber nacido para él. Y su esposa, después de que su tiempo se cumplió, dio a luz un hijo. Luego llegaron los Hathors para decretarle un destino; dijeron: "Su muerte será por el cocodrilo, o por la serpiente, o por el perro".Entonces, la gente que estaba allí escuchó esto y fueron a contárselo a su Majestad. Entonces el corazón de Su Majestad se enfermó muchísimo. LEER MÁS »
Hubo una vez un rey para quien no nació ningún hijo; y su corazón se entristeció, y oró por sí mismo a los dioses a su alrededor por un niño. Decidieron que uno debería haber nacido para él. Y su esposa, después de que su tiempo se cumplió, dio a luz un hijo. Luego llegaron los Hathors para decretarle un destino; dijeron: "Su muerte será por el cocodrilo, o por la serpiente, o por el perro".Entonces, la gente que estaba allí escuchó esto y fueron a contárselo a su Majestad. Entonces el corazón de Su Majestad se enfermó muchísimo. LEER MÁS »