Puntuación: 4,5/5
Edward de Raaf, conde de Swartingham, necesita con urgencia un secretario que ponga orden en sus caóticas finanzas. El problema es que, con su carácter, espanta a todos los candidatos. Para Anna Wren el puesto es la solución a sus problemas, después de enviudar de un marido infiel y quedarse en la ruina. La atracción entre ambos personajes queda patente desde el primer momento, aunque Edward parece muy dispuesto a dejarse llevar por ella. Cuando Anna descubre que el conde es habitual de un conocido burdel de Londres, decide poner en marcha una pequeña mascarada. Porque en el juego de la seducción, no existen reglas...
Soy adicta al género romántico desde hace mucho tiempo. He leído incontables libro de numerosas autoras, por lo que me es muy difícil decantarme por uno o por otro, ya que cada uno de ellos aporta cosas buenas y cosas malas. Hay autoras buenísimas de las cuales tengo una opinión excelente pero que, por alguna razón, no poseen una novela que despunte visiblemente. Y, por otro lado, hay escritoras que sin ser excesivamente buenas, como es el caso de Elizabeth Hoyt, sí lo han logrado. Considero a El príncipe cuervo una de esas escasas novelas que, sin contar con nada que las haga especialmente innovadoras dentro del género, resultan especiales y únicas. Puede que no sea la mejor escrita, e incluso puede que la trama en sí sea predecible y ya conocida..., no obstante tiene ese algo, no sabría decir exactamente el qué, que hace que le tenga un cariño especial dentro de la romántica histórica.
Anna Wren es una viuda respetable que pasa por verdaderos apuros económicos. Después de intentar encontrar un trabajo de acuerdo con sus posibilidades sin demasiada suerte, termina de secretaria en casa del conde de Swartingham. El problema es que al conde no le duran demasiado los secretarios, culpa de su carácter intimidante y gruñón. Pero esta vez será diferente. Ante él se encontrará Anna, una mujer fuerte y decidida que no se acobarda con facilidad. Este será el comienzo de su relación, o mejor dicho de su no-relación, ya que ambos tienen estatus sociales muy diferentes... Lo que desembocará en una historia plagada de sentimientos no dichos, decisiones a escondidas, y descubrimientos impactantes...
Algo que tengo que destacar es el aspecto físico de ambos. Normalmente nos encontramos con mujeres hermosas u hombres increíblemente atractivos, seductores, blablabla -que gustan, pero poco creíbles... llamadme escéptica-. En esta ocasión los dos tienen sus defectos; ella poco atractiva, viuda, simplona..., y él marcado por la viruela y tampoco especialmente guapo; lo que se dice feo a primera vista. A todo ello hay que sumarle su personalidad arrogante y déspota; un encanto, vamos.
-¿Qué diablos hacía en medio del camino, so tonta?Pero a lo largo de la novela vamos descubriendo que él no es lo que aparenta, y que ella es... mucha Anna. Lucha por lo que quiere, lo que hará que disfrutemos con alguno de sus arrebatos, y tiene una mentalidad mucho más abierta que cualquiera de su época. También es cabezota y, por tanto, perfecta para el conde. Ella es lo que siempre ha necesitado en su vida. Su relación irá evolucionando, empezarán a respetarse, a caerse bien, y desde luego a atraerse, sin dejar de lado sus tiras y aflojas, pero siempre habrá un muro entre ellos que no les dejará ir a más... Bueno, hasta que uno de ellos decide bombardear ese muro a lo grande... y en secreto. Me encanta.
Diciendo eso el hombre se levantó del charco y se plantó ante ella muy erguido, de esa manera irritante que adoptan los caballeros con el fin de parecer importantes cuando acaban de hacer el ridículo. Las gotas de agua sucia que le bajan por la cara blanca y marcada por las señales de la viruela le daban un aspecto horroroso. Las mojadas pestañas largas y tupidas que enmarcaban sus ojos negros y brillantes como la obsidiana no compensaban la nariz ni el mentón grandes ni los labios delgados y pálidos.
-Lo siento -dijo Anna, manteniendo la sonrisa-. Iba camino a casa. Naturalmente, si hubiera sabido que usted necesitaría todo el ancho del camino real...
Los personajes secundarios también juegan un papel importante dentro de la trama, sobre todo aquellos que facilitan las cosas a Anna cuando decide ir en busca de aventura... Sólo diré la palabra prostíbulo y nada más, soy una tumba. Y por otro lado aquellos que conspiran en contra de nuestra protagonista; no es algo que destaque demasiado pero sí que crea algún momento decisivo dentro de la historia, sobre todo al final.
Y hablando del final tengo que decir que cojea un poco. Podría haber sido más... impactante o menos sosillo. No deja de gustarme, pero es el mayor fallo que le veo al libro. Quizá un poco más de acción le habría venido bien. Así que siendo objetiva, y por mucho que me guste le voy a bajar un poco la nota. De todas formas cuenta con un epílogo de estos empalagosos que me encanta, así que lo perdono.
Si nunca habéis leído nada del género, yo os recomiendo empezar por éste. Y si estáis pensando en probar algo de la autora, desde luego también recomiendo éste. Mmmh bueno, dejémoslo en que lo recomiendo a todo el mundo...
Puntuación: 4,5/5