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El principe de los piratas,Edmundo Díaz Conde&Entrevista

Por Miss_cultura @miss_cultura
El principe de los piratas,Edmundo Díaz Conde&Entrevista Hubo un tiempo en que corsarios británicos, bucaneros franceses y filibusteros holandeses eran los amos del Caribe. Pero poco se ha contado de piratas españoles como Íñigo Santa Cruz, forzado a convertirse en caballero de fortuna por una patria que desampara a sus propios hijos y los obliga a vagar por el mundo. En aquella misma época también había tesoros fantásticos como el de la Dama del mar, por el que Henry Morgan organizará la mayor flota de filibusteros jamás conocida, ciudades como Panamá, que se dicen inexpugnables y encienden la codicia de los hombres, y mujeres como Elena, capaces de provocar la pasión y la ternura del corsario más insensible. El príncipe de los piratas es la historia de Íñigo Santa Cruz —llamado Lefthand por los ingleses—, tan falsa como todas las leyendas y tan cierta como cualquier historia de piratas

Antes que nada agradecer a Tatty&Laky esta lectura conjunta y al autor por enviarme el ejemplar firmado, también si queréis poneros en contacto con el , me ha dicho que esta a disposicion de cualquier blog que lo desee, así que si os animáis, contactad conmigo y os pongo en contacto con el.
Me lo he leído en un suspiro debo de decir que la pluma del autor no es para nada pesada y aunque contiene datos históricos no se para a introducir cosas sin sentido o que luego el lector piense ¿Y esto que me importa? va metiéndonos poco a poco en contacto con este tema de los "piratas" pero sobre todo, lo que llama la atención es la primera escena que aparece en "El príncipe de los piratas" ¿Adivinais cual es?
Empieza con una escena de acción, de esas que tal y como las describe el autor te dan ganas de participar introduciéndote en la historia y esa primera imagen es la premisa de todo lo que vendrá después.
El nombre de Iñigo me recordaba al de "La princesa prometida" Iñigo Montoya y también su forma de ser, el sabe lo que es y cuales son sus vicios pero también tiene puntos débiles como es su hija y por ella daría todo.
Llena de personajes de todas partes de España que deberán aprender a convivir con la forma de ser de cada uno pero sobre todo con los secretos y artimañas de Henry Morgan.
Si os subís a este barco capitaneado por Iñigo Santa Cruz no os aburriréis ni tampoco os querréis bajar, ya que no solo la diversión esta asegurada a su vez, las tramas secundarias que os llevaran hasta un tesoro mayor.
Tenemos un pequeño romance, aventuras, peleas, accion.......me ha gustado mucho adentrarme en esta novela y viajar al pasado. Si en una vida próxima me encantaría ser una pirata como "Morgan" la de la Isla de las cabezas cortadas.
El principe de los piratas,Edmundo Díaz Conde&Entrevista
Antes que nada me gustaría agradecerte que me concedas esta entrevista

 Gracias a ti por la amabilidad. Como sabes, me encanta tu blog.
¿Cuál fue la primera imagen o la primera escena del libro que se te vino a la mente? o ¿En que te inspiraste para comenzar a escribir "El príncipe de los piratas? 

Bueno, cuando era chico había una imagen ahí dentro que me perseguía, me conmovía profundamente... Y, en fin, veinte años después, al empezar a escribir el libro, recurrí a ella. De modo que, una vez más, me pregunté: ¿Pirata? ¿Qué se te viene a la mente cuando piensas en un pirata? Y sabes qué, María, mansamente acudió la misma imagen de veinte años antes: la playa de arenas blancas y finas, el mar color turquesa, el barco fondeado a cien metros de la orilla, la botella de ron, una mujer enamorada al lado; en el aire, una atmósfera de libertad y rebeldía y... rumbo al crepúsculo, en pos de la última aventura, la última misión, aquella que no olvidarás, aquella que cambiará para siempre tu destino. Esa era la imagen. Y ahí sigue. Desde entonces. No creo que me abandone jamás.
 ¿Para que tipo de público esta dirigido tu libro? 

A cualquier lector que aún tenga algo de chiquillo. Puede ser joven, maduro o viejo. Puede ser chica o chico; pero es preciso que su corazón no haya envejecido del todo. Hablamos de corazones, al menos, un poco rebeldes, inconformistas, imaginativos. Cuando aludo a que es una novela romántica, no me refiero a que sea una novela “de romance”, una novela “sentimental”, sino a que las diferentes pasiones conducen a los personajes, y a que la libertad, el valor e, incluso, los parajes exuberantes y paradisíacos determinan sus acciones. Por eso es romántica. Y por eso la juventud y el coraje que es propio de ella impregnan la historia. No olvidemos que los piratas morían jóvenes. Muy pocos sobrepasaban los treinta años. 
 - Me gustan mucho los piratas tanto en el cine como en la literatura ¿Qué tipo de piratas son los que has dado forma? 

El principe de los piratas,Edmundo Díaz Conde&EntrevistaHe recogido la iconografía que nos ha legado la novela del XIX y el cine del XX y lo he pasado por mi propio tamiz. Así que hay un poco de todo. El protagonista, llamado Lefthand por los ingleses, es viril, valeroso y atractivo, pero está lastimado. Le persigue una leyenda y un trauma; mientras que su antagonista, Henry Morgan (filibustero inglés que existió realmente) es, en apariencia, lo contrario; pero su alma está llena de matices. Elena Exquemelin, la chica disfrazada de pirata, y de la que se enamora el protagonista, no es un personaje en absoluto insignificante. Los tripulantes de la nave de Lefthand provienen de toda España y, como procede, empiezan llevándose fatal. Creo que todos mis piratas (incluidas las chicas) tienen en común su marginalidad, su espíritu rebelde, sus ganas de pelearse con el poder y lo políticamente correcto, con lo convencionalmente establecido, “lo que debe ser”. Venderían su alma al diablo por una botella de ron y un viaje en pos de un tesoro mítico (como, en efecto, ocurre en la novela).
 ¿Alguna película o libro que viste y te inspiraste en alguno de los protagonistas para tu libro? 

Hay referencias ineludibles. Desde “El temible burlón”, “El capitán Kidd”, “El cisne negro” o la primera de “Piratas del Caribe” en cine, hasta autores literarios como Rafael Sabatini, el propio Joseph Conrad o toda la saga del marino Horatio Hornblower de C.S. Forester. Dicho esto, los rasgos esenciales de los piratas protagonistas son fruto de la imaginación. El universo de la ficción nos concede el privilegio de “retocar” a un corsario como Henry Morgan y, si la suerte acompaña, hacerlo más memorable de lo que fue en realidad. Diría que para eso, entre otras cosas, está la ficción: para consolarnos de lo decepcionante, imprevisible, incontrolable y desmesuradamente rica que es la realidad.
Me ha gustado mucho la parte histórica, se nota la documentación que has realizado ¿Qué dato desconocías y que al leer te ha sorprendido? 

Te mencionaré una anécdota muy curiosa y no muy conocida. En 1670 (época en que está situada la historia), la isla de Tortuga, muy próxima a Jamaica, era una bastión filibustero, como, por las películas, a nadie se nos escapa. Pues bien, puesto que el poder estaba harto de los piratas, procuró domesticarlos; así que hizo llevar unas cuantas docenas de mujeres “de vida alegre” en un galeón para que se casaran con ellos, procrearan alegremente y todos se aburguesasen. Al cabo de pocos años, aquellas ratas de mar temidas en los cuatro puntos cardinales eran honestos padres de familia, y en la isla de Tortuga brotaban los tendederos y las ropas de bebé colgando de ellos. Precisamente Henry Morgan, que en la novela encarna lo más genuino de la piratería, arenga y estimula a los Hermanos de la Costa para que no se dejen domesticar y recuerden de dónde vienen, quiénes son y lo que representan. Obviamente, Morgan hace lo que hace por pura conveniencia, como buen pirata. 
 - Si pudieras poner una banda sonora al libro ¿Cuál seria? 

Sin duda, la banda principal de “Piratas del Caribe”. Lamento ser tan vulgar, pero me parece Hans Zimmer hizo un trabajo soberbio. Es más, aprovecho para decir que es una experiencia estimulante leer alguna escena de la novela con la música de fondo (mejor con cascos). 

 - ¿Quisieras añadir algo más a la entrevista o decir algo a los lectores del blog?

Bueno, ya que me lo permites, diría que quien se aventure a zambullirse en “El príncipe de los piratas” se beneficiará más de la aventura si la encara con el menor número de prejuicios posible, ligero de equipaje. Me explico: permitiendo que la historia lo sorprenda, sin esperar que sea, por poner un ejemplo, trepidante y evocadora, sí, pero candorosamente simple como una historia de Sandokan. Si en esta novela de aventuras he pretendido algo ha sido que la emoción y la acción no se estorben. “La isla del Tesoro”, digamos, no es veloz continuamente. ¿Por qué todo tiene que ser veloz, trepidante en todo momento? ¿Es en sí misma una virtud literaria? Pienso que no. Incluso en tiempos vertiginosos como estos, sigo pensando que no. En muchas novelas, a menudo tengo la sensación de que las peripecias se suceden con tal rapidez que, unos y otros, personajes y lectores, vamos con la lengua fuera, sin saber por qué ni hacia dónde ni si tiene mucho sentido correr tanto. ¡Y mira que me gusta correr! Ya no digo a mis piratas... Pienso en emocionar al lector: en pulsar los resortes escondidos y ambiguos del corazón, sacar a relucir sus emociones de un modo literario (su compasión, su admiración arrebatada, su consuelo...). Y creo que eso implica entretenimiento. Pero entrener, lisa y llanamente, no implica emocionar. Insisto, la “emotividad” a la que me refiero tiene poco que ver con la emoción de un triller, o de una historia ligera y rápida, o de un partido o de una carrera. Me refiero, como es lógico, a emociones estéticas.
El principe de los piratas,Edmundo Díaz Conde&Entrevista



*Agradecimientos a la editorial
*Agradecimientos al autor
*Agradecimientos a las autoras de la lectura conjunta Tatty&Laky

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