El Príncipe Poeta de Tezcoco

Por Apuleyo3

Nezahualcoyotl(Coyote Hambriento)
(1- Conejo, 1402- 6-Pedernal, 1472)
La vida del príncipe tezcocano no fue fácil en lo más mínimo, su juventud estuvo marcado por funestos acontecimientos, como el asesinato de su padre a manos de los hombres de Tezozómoc de Atzcapotzalco, señor de los tecpanecas, y la caída de su reino en manos de este señorío rival. Además sufrió de una fuerte persecución por parte de sus enemigos; desterrado y perseguido, Nezahualcoyotl tuvo la paciencia y sagacidad suficiente para sobreponerse a todas las desgracias que le acontecieron. Finalmente gracias a la ayuda de Tlaxcala, Huexotzinco y México-Tenochtitlan (Estaba emparentado con estos, ya que su madre era hija de Huitzilíhuitl, segundo señor de los mexicas), logró vencer por completo a Atzacoptzalco y coronarse por fin 1431. Fue aliado y consejero de los señores de México-Tenochtitlan, dirigió las obras que introdujeron el agua potable a México y también la construcción del Albarradón que llevaba su nombre. Edificó palacios, templos, jardines botánicos y zoológicos , lo que habla de su gran capacidad como arquitecto. Durante su reinado, el Señorío de Tezcoco fue afamado por su protección a la música, la danza y la pintura, además de su prosperidad y su sabiduría, la que le valió el título de tlamantini (el que sabe) al que muy pocos eran acreedores. Al morir fue sustituido en el trono por Nezahualpilli, su hijo.
Percibo lo Secreto

Percibo lo secreto,
lo oculto:

¡Oh vosotros señores!

Así somos,
somos mortales,

de cuatro en cuatro
nosotros los hombres,

todos habremos de irnos,

todos habremos de morir
en la tierra.
Nadie en jade,
nadie en oro se convertirá:

En la tierra quedará
guardado
todos
nos iremos
allá,
de igual modo.

Nadie quedará,

conjuntamente habrá que perecer,

nosotros iremos así a su casa.

Como una pintura

nos iremos borrando.
Como una flor,
nos iremos secando

aquí sobre la tierra.

Como vestidura
de plumaje de ave zacuán,

de la preciosa ave
de cuello de hule,

nos iremos acabando

nos vamos a su casa.

Se acercó aquí

hace giros
la tristeza
de
los que en su interior viven.

Meditadlo, señores,
águilas y tigres,
aunque fuerais de jade,
aunque allá iréis,

al lugar de los descarnados.

Tendremos que desaparecer

nadie habrá de quedar.


Alegraos
(Xon Ahuiyacan)

Alegraos con las flores que embriagan,
las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
fragantes flores,
abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
parlotea y canta,
viene a conocer la casa del dios.
Sólo con nuestras flores
nos alegramos.
Sólo con nuestros cantos
perece nuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
vuestro disgusto se disipa.
Las inventa el Dador de Vida,
las ha hecho descender
el inventor de sí mismo,
flores placenteras,
con esto vuestro disgusto se disipa.