Todos hemos bebido y consumido los cuentos de príncipes y princesas desde que somos bien pequeños. La mayoría, con tramas repetitivas y vistas hasta el infinito y más allá. La factoría Disney es buena culpable de ello. El mundo de la alta aristocracia siempre tiene un atractivo peculiar. Los juegos de palacio, las intrigas, las aventuras románticas y los secretos. Y con El Príncipe y la Modista, Jen Wangha sabido aprovechar todos esos tropos e innovar,con un relato juvenil dentro de la realeza en un bello París de la edad moderna. No por nada se ha alzado con el prestigioso premio Fauve Jeunesse -que reconoce al cómic juvenil más destacado del año en Francia- en el reciente Festival de Angoulême.El príncipe Sebastián es un desdichado. Se ve inmerso en una búsqueda de esposa con tan solo dieciséis años a causa de sus padres. Él oculta un secreto que no quiere compartir. Le gusta vestirse de mujer, y salir a disfrutar de la noche parisina ocultando su identidad. Para ello, cuenta con su mejor amiga. Una brillante costurera salida de la nada que contrata tras ver un traje suyo en un convite. Todo cambia cuando la amistad da paso a algo más.
En este tomo único, Jen Wangconsigue dibujar una historia preciosa, cuidada al detalle y repleta de valores positivos. Es una historia tierna y dulce, que habla sobre la aceptación, tanto de uno mismo como mutua. Con ese aire de cuento de hadas palaciego, Wang nos introduce con facilidad entre príncipes y aristocracia, entre fiestas ostentosas y talleres de costura, por una historia entrañable repleta de valor moral que conquista sobre todo por sus personajes. Es muy fácil encariñarsede un reprimido Sebastián, que se ve enaltecido por febriles momentos de gloria cuando encuentra su verdadero yo gracias a Frances. Y en Frances, una humilde costurera con un sueño casi inalcanzable, pero con las ganas de comerse el mundo.
Wang pone el foco crítico en los tabúes sociales que aún nos rodean hoy en día. En el miedo a ser uno mismo ante los prejuicios sociales. En lo complicado que es ser uno mismo para alcanzar las metas que soñamos alcanzar. En los obstáculos y consecuencias que puede tener ser fiel a nuestra propia esencia. Pero a la vez, nos lanza un mensaje de amor y aceptación. De abrazar nuestras diferencias y enaltecer nuestras individualidades como verdaderas virtudes. De creer en la libertad y saber aceptar a los demás tal y como son. El Príncipe y la Modistaes uno de esos cómics recomendables tanto para cualquier lector como para cualquier edad tan solo por su mensaje.
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