El príncipe y la sirena, capítulo III

Por Dashira

Tranquilos príncipes, para mí ha sido un placer ayudarles, son muy valientes _ dijo el hada de las rosas.

_ ¡Hasta luego hada de las rosas y gracias por todo!_ expresaron los príncipes mientras se marchaban dirigiéndose a la orilla del mar.Mientras se acercaban a la orilla del mar se preguntaban cómo llegarían a la Ciudad Real sin un barco. El príncipe Marcos se encontraba muy pensativo al respecto.De repente, a lo lejos, vieron un pequeño barco con dos hombres que se acercaban  llamándoles  por sus nombres:_ ¡Príncipe Marcos, príncipe Gustavo! ¿Cómo están? Somos sus soldados. Habíamos sido capturados por tres piratas pero finalmente los vencimos._ ¡Es una alegría soldados que hayan podido salir con vida de esos malvados piratas! _ dijo el príncipe Marcos._ ¡Gracias fieles soldados, ahora marchémonos a la Ciudad Real! _ expresó el príncipe Gustavo.En el momento de marcharse, el príncipe Marcos se acercó a la joven  Jarisna diciendo:_ ¡No te dejaré, vienes con nosotros! ¡Yo siento que te quiero! La joven Jarisna se quedó en silencio por un momento mirando al príncipe a los ojos y le expresó:_ Tengo un lindo sentimiento en mi corazón que nunca antes lo había sentido._ ¡Ven conmigo y serás mi esposa, te convertiré en mi princesa! _ dijo el príncipe Marcos._Ve con tu hermano y con tus soldados que luego yo subo al barco _ susurró la joven  Jarisna. _ ¿Pero cómo lo harás? _ preguntó el príncipe Marcos. _ Yo los alcanzaré subida a lomos del unicornio, pero primero debo hacer algo _ explicó la joven Jarisna. _ ¡Bien, bella mujer, te esperaré!_ suspiró el príncipe Marcos mientras se marchaba. Los dos príncipes y sus soldados comenzaron a navegar mar adentro. Cuando  la joven Jarisna vio que se alejaban se lanzó al mar convirtiéndose en sirena y se marchó a la cueva de las sirenas donde estaban sus hermanas esperándola._ ¡Hola Jarisna! ¿Pudieron reunir las seis piedras y romper el hechizo?_ preguntó  la sirena Rina._Sí hermanas, ya el príncipe está reunido con su hermano y están navegando rumbo a la Ciudad Real _ respondió la sirena Jarisna._ ¡Te veo feliz!_ dijo la sirena Sahira._ ¡Sólo vine a despedirme, las quiero mucho! Siempre vendré a verlas y como siempre jugaremos y cantaremos en el mar. Seré humana pero también sirena _ se despidió la sirena Jarisna._ ¡Nos alegra querida hermana, ve con el príncipe… ya sabes, aquí te esperaremos!Las tres sirenas montadas a lomos de caballitos de mar nadaron por debajo de las aguas hasta alcanzar el barco. La sirena Sahira comenzó a tocar la flauta, Rina la lira y Jarisna comenzó a cantar:Este dulce canto escuchaComo un tierno niño en su cunaDuerme bajo la dulce  melodíaQue mañana brillará un nuevo día
Duerme que el azul del marTe hará dormir y descansarDuerme que ya tienes en tus manosEl descanso tan anhelado
No es verdad que estás en peligroSon cuentos tristes que te han leídoDuerme que alguien cuida  tus sueñosNo creas que Dios está  tan lejos
De esta manera durmieron a los príncipes y a sus dos soldados bajo su bella y  melodiosa voz. La joven Jarisna subió al barco y éstos despertaron sin descubrir el secreto._ ¡Me alegra que hayas venido Jarisna! _ dijo el príncipe Marcos con una dulce sonrisa en los labios._ ¡Había prometido que vendría y aquí estoy!_ expresó la joven  Jarisna con una dulce sonrisa en sus labios rosados.

Autora: María Abreu