El té mágico
Los príncipes habían llegado a la Ciudad Real junto a la joven Jarisna. Allí vivían felices hasta que un día el rey Alfonso enfermó de gravedad de una extraña enfermedad.Inmediatamente los dos soldados y los caballos se convirtieron en conejos provocando que los príncipes y la joven Jarisna cayeran al suelo. Los conejos se marcharon corriendo a una madriguera muy asustados. _ ¿Por qué haces esto malvada bruja?_ preguntó el príncipe Marcos.
_ Lo hago porque no puedo lanzar mi hechizo sobre ustedes desde el momento en que el hada de las rosas lanzó el polen mágico sobre mí. Por eso lo he lanzado sobre sus caballos y sus dos soldados. Hasta luego, que disfruten estando perdidos en el bosque _ dijo la malvada bruja y convirtiéndose en un murciélago se alejó del lugar.
_ ¿Y ahora qué hacemos? ¡No tengo ni idea de quién puede ayudarnos!_ clamó el príncipe Gustavo._ ¿Qué haremos Jarisna?_ preguntó el príncipe Marcos.
De momento caminaremos hacia un río, allí podremos beber agua, tengo mucha sed.Cuando llegaron al río, la joven Jarisna pidió a los príncipes que se marcharan a buscar frutas. Cuando éstos se alejaron, Jarisna entonó una canción para pedir ayuda a su amiga, el hada del río.Al escuchar la voz de Jarisna, una hermosa hada, con cola de pez azul, ojos verdes, larga y negra cabellera salió a la superficie diciendo:_ ¡Hola sirena Jarisna! ¿En qué puedo ayudarte?_ Lo harás de la siguiente manera: debes ir a las profundidades del mar, en busca de algas marinas que son ricas en proteínas y vitaminas. Las puedes encontrar en el fondo rocoso. Luego debes venir al bosque y dirigirte al Norte en busca de una planta medicinal llamada guaco que está sembrada en la tierra. Estas hojas están indicadas para la fiebre y también es un tratamiento antiespasmódico, debes coger siete hojas _ explicó el hada del río.
_ ¿Y qué hago con las algas marinas y con las siete hojas de guaco?_ indaga la joven Jarisna._ Después de que obtengas las plantas debes echarlas en un recipiente con un poco de agua de este río y ponerlas a hervir en un fogón. El fuego debe ser encendido por una salamandra, hada del fuego. Luego debes llamar al espíritu del aire para que sople sobre el té y lleve el olor hasta el rey para que sea aliviado de la enfermedad _ explicó el hada del río._ ¡Gracias amiga, volveré!_ dijo la joven Jarisna._ ¡Puedes volver cuando quieras! Me saludas a tus dos hermanas, sirena Sahira y sirena Rina _ expresó el hada del río a la vez que se sumergía en las profundidades.Cuando los príncipes Marcos y Gustavo llegaron con frutas a la orilla del río, Jarisna les explicó las cosas que debían buscar y hacer para sanar la enfermedad del rey._ ¡Eso es muy complicado! ¿Cómo vamos a encontrar esas algas marinas sino tenemos nada para sumergirnos en las aguas del mar?_ preguntó el príncipe Gustavo muy preocupado._ No lo pongamos tan difícil, vayamos primero a buscar las algas marinas y luego las hojas de la planta guaco _ dijo la joven Jarisna._ ¿Pero cómo lo haremos? _ preguntó el príncipe Gustavo. _ Caminemos hasta la orilla del mar. Ahí llamaré a un unicornio, el me llevará a buscar un tanque de oxígeno para sumergirme en las aguas. Buscaré las algas marinas, me encanta nadar_ declaró la joven Jarisna._ ¡Bien, así lo haremos!_ dijeron los príncipes.Mientras caminaban, minutos después se les apareció un dragón enviado por la bruja Marileyda. El dragón volaba sobre ellos y lanzaba un cerco de fuego por su boca.Muy asustada, mientras corría, la joven Jarisna produjo un silbido llamando a su amigo unicornio para escapar del lugar con los príncipes._ ¡No tenemos escapatoria!_ gritó el príncipe Marcos mientras volaba a lomo del unicornio.
_ ¡Ese monstruo nos está alcanzando! _ gritó el príncipe Gustavo mientras el viento jugaba con su pelo.
_ Ya estamos volando por encima del mar. La única solución para salvar nuestras vidas es lanzarnos al agua _ sugirió la princesa Jarisna._ ¡Eso me da miedo, no sé nadar, prefiero seguir volando montado en el unicornio!_ exclamó el príncipe Gustavo. Continuará...Autora: María AbreuContinuará...