El priorato de San RomĂĄn de EntrepeĂąas
De San RomĂĄn solo queda su torre romĂĄnica en estado de franca ruina. Por casas y corrales del cercano pueblo pueden verse dovelas, basas, trozos de fuste de columnas y cornisas...
La importancia que los monasterios tuvieron en la repoblaciĂłn de la Meseta castellana, me ha movido a realizar el presente trabajo, con el ĂĄnimo de dar una pequeĂąa idea de lo que fue desde sus primeros dĂas hasta los primeros aĂąos del siglo XV el monasterio de San RomĂĄn de EntrepeĂąas.
Los bellos restos de la decoraciĂłn romĂĄnica estĂĄn clamando por una decidida protecciĂłn que pueda salvarlos de una total desapariciĂłn.
SituaciĂłn y descripciĂłn
En la provincia de Palencia, dentro del término municipal de SantibĂĄĂąez de la PeĂąa, se encuentra el monasterio benedictino de San RomĂĄn en la antigua diĂłcesis de LeĂłn. (Hoy pertenece a la de Palencia).
El monasterio estĂĄ situado en las estribaciones de la Cordillera CantĂĄbrica, aunque en una zona relativamente prĂłxima a la Meseta. La orografĂa del lugar es muy movida y la altitud considerable. Es de planta cuadrada, de cinco metros de lado por ocho metros de alto. Los muros, de un metro de espesor son de mamposterĂa a excepciĂłn de las esquinas, puertas y ventanas, en donde se emplean sillares.
Se cubren con bóveda de caùón, a base de pizarra, material abundante en la zona, y dispone su eje en dirección Este-Oeste. Sobre la bóveda, hundida en parte, crecen algunos arbustos y se conservan algunas vigas de la cubierta que fue a cuatro aguas.
El lado mejor conservado es el que estĂĄ orientado hacia el Sur. A cinco metros del suelo se abre una saetera con derrame hacia el interior.
A unos siete metros de altura corre una cornisa decorada con ajedrezado que se conserva en los lados Sur y Oeste nada mĂĄs. Sobre ella dos ventanas ciegas, cubiertas con arco de medio punto y decorada la arquivolta con "puntas de diamante".
Por los escritos encontrados en la parroquia de San Juan de SantibaĂąez de la PeĂąa, parece ser que el edificio nunca fue de gran tamaĂąo. El espacio de edificaciĂłn posible es muy reducido y por otro lado, la comunidad, por su escaso nĂşmero, no precisarĂa de grandes instalaciones.
Su emplazamiento en un angosto valle que se cierra progresivamente a medida que se avanza hacia el Norte, hasta quedar completamente cerrado en el lugar preciso.
Recorre este valle un pequeĂąo riachuelo, el arroyo de San RomĂĄn o Berbecario, que discurre hacia el Sur hasta desembocar en el rĂo de las Heras.
El agua es muy abundante en los alrededores del monasterio. Su clima es de duros inviernos y veranos frescos y hĂşmedos, hecho que favorece la abundancia de pastos.
El paisaje desde el monasterio es realmente delicioso: todo invadido por una exhuberante vegetaciĂłn: chopos, robles, ĂĄrboles frutales, tranquilo lugar que eligieron los monjes benedictinos para su asentamiento.
Estado ruinoso
A principios del pasado siglo un "indiano" acelerĂł su ruina y pudo comprar varios capiteles romĂĄnicos procedentes del monasterio. El cercano pueblo de SantibĂĄĂąez de la PeĂąa, posee por todas partes piedras del monasterio; por casas y corrales pueden verse dovelas, basas, trozos de fuste de columnas y cornisas utilizadas en construcciones modernas. Abunda en esto la casa parroquial.
Restos del monasterio
El resto mĂĄs importante que podemos apreciar es la torre romĂĄnica, que debe fecharse en el tercer cuarto del siglo XI, coincidiendo con la llegada de los monjes de Cluny.
El nĂşmero de monjes debiĂł ser siempre escaso, tres o cuatro en los mejores tiempos del Priorato. Por lo que se puede deducir en los documentos, la comunidad constaba de prior y dos monjes, y de dos o cuatro hermanos legos, aunque en ocasiones solo estaba habitado por el prior y otro monje mĂĄs.
Francisco Gutiérrez de CelisPrimer Premio Concurso Literario sobre el RomĂĄnico
PUBLICACIONES DE "EL ROBLE"DIRIGE: JAIME GARC�A REYERO 1979