El prisma negro de Brent Weeks

Publicado el 31 agosto 2012 por Oly
Editorial: Plaza & Janés
Publicación: Junio 2012
ISBN: 9788401352744
Precio: 22,90€
Páginas: 701
Serie: El portador de Luz #1/4
Gavin Guile es el Prisma, el hombre más poderoso del mundo, además de sumo sacerdote y emperador, encargado de mantener una paz resquebrajadiza que solo se sostiene en virtud de su poder, ingenio y carisma. Pero la vida de los Prismas nunca es larga, y Guile sabe con exactitud de cuánto tiempo dispone: cinco años en los que deberá lograr otros tantos objetivos imposibles. Cuando Guile descubra que tiene un hijo, nacido en un reino lejano al término de la guerra que lo condujo al trono, tendrá que decidir que precio está dispuesto a pagar con tal de proteger un secreto que podría reducir su mundo a escombros. El aclamado autor de El ángel de la noche vuelve con una espectacular nueva saga de fantasía épica.

Por mucho que un libro guste, cuando una historia es pasable y la pluma del autor vulgar, setecientas páginas se pueden llegar a convertir en un suplicio. Pero, cuando lo que tenemos delante es brillante y posee una gran calidad, ese número de páginas pueden parecer insignificantes. Esto es lo que ocurre con El prisma negro, una obra que, a pesar de su gran extensión, sabe a poco y deja con ganas de más. 

Brent Weeks es conocido por su famosa trilogía El ángel de la noche, de la cual solo he leído su primer libro, El camino de las sombras. Aunque en su momento me gustó mucho, llegando a ponerle la máxima puntuación, carecía de ese algo que impregna las páginas de El prisma negro; esa habilidad de la que solo gozan unos pocos afortunados. Por ello, y en mi opinión, esta es la saga definitiva, la que ha puesto su nombre al lado de los grandes del género; por lo menos es el sitio que le corresponde en mis estanterías.

Nos encontramos con un mundo fascinante y extraordinario, donde todo gira en torno a la luz blanca. Y es que, aquí, no hallaremos hechizos, brujería, y demás técnicas más que vistas. La magia no es más que eso: luz. Si la dividimos en sus componentes cromáticos obtenemos siete colores: subrojo, rojo, naranja, amarillo, verde, azul, y supervioleta. Ahora, imaginad una persona que pueda controlar esa luz, y con ella formar luxina, es decir, una materia especial capaz de adoptar la forma y función que desees. A estos individuos se les conoce como trazadores, y dependiendo del número de colores con los que puedan trazar, serán monocromos, bicromos o policromos. De todas formas, solo podrán hacerlo siempre y cuando haya a la vista algo de dicho color -por ejemplo, un trazador azul no podrá crear luxina si está rodeado de verde nada más, pero si en su campo de visión apareciera cualquier objeto de dicho color, entonces sí sería posible-. Sólo hay un hombre sobre la tierra capaz de trazar a partir de luz blanca, y sin depender del entorno: el Prisma. 

Gavin Guile es el Prisma, emperador y persona más poderosa de las Siete Satrapías, aunque en los últimos tiempos su cometido está relegado, casi siempre, a temas religiosos. Como todos los Prismas anteriores, tiene un tiempo determinado de vida,  por lo que sabe que sólo le quedan cinco años, en los cuales quiere lograr cinco propósitos. La aparición en su vida de un hijo bastardo será una complicación que podría poner al descubierto secretos enterrados mucho tiempo atrás. Se trata de un personaje cautivador, misterioso... Brent lo ha dotado de un carisma que atrae al lector. 

Por otro lado, como digo, hallamos a Kip, hijo bastardo de Gavin. Se trata de un chico pobre, gordito, con problemas de autoestima, una madre que es mejor no mencionarla, y un padre desconocido... hasta ahora. Después de averiguar su procedencia, su vida dará un cambio radical. Tengo que decir que mi personaje favorito es Gavin, pero Kip no se queda muy atrás; puede que tenga poca seguridad en sí mismo, pero es noble, leal, y posee una lengua afilada y un carácter que, cuando sale a la luz, es mejor temer.

-¡Los oscuros no hablan! Ignorante escoria tyreana.
-Oh, bésame las nalgas sebosas-dijo Kip. Ups.
Cerró los ojos para maldecir, por lo que ni siquiera vio venir el golpe. Un puño se estrelló en su mentón, y antes de darse cuenta estaba tendido en el suelo, con la boca llena de sangre.
[...]
-Bueno- dijo Kip-. Tenemos materia prima con la que trabajar. Como beso ha sido un poco torpe, pero tu nerviosismo es comprensible. Seguro que con esa cara tan fea no es fácil adquirir práctica. Pero dije que me besaras las nalgas sebosas. Las nalgas, no las mejillas.-Hizo un gesto-. No es lo mismo. Prueba otra vez, y ahora con más empeño.
Pero Gavin y Kip no son los únicos personajes a destacar, sino que estarán rodeados de muchos otros, todos ellos con una gran importancia; no hay ninguno que sobre o estorbe. Cada uno juega un papel diferente y esencial. Destacar a Karris, una mujer poderosa, parte de la Guardia Negra -quienes protegen al Prisma-, y con una historia en común con Gavin... Y Puño de Hierro, comandante de la Guardia negra; no habla mucho, pero eso solo consigue que me guste más. Su relación con Gavin y Kip es de lo más extraña e interesante.

La trama en sí de este libro no es demasiado compleja, aunque consta de varios giros argumentales que nos dejarán con la boca abierta. Conoceremos un poco del pasado, de la gran guerra de El falso Prisma hace dieciséis años, y, por tanto, de los acontecimientos que llevaron a Gavin a ser quien es. A consecuencia de aquellos trágicos sucesos, la frágil estabilidad de la estructura en la que se sustentan todas las creencias y leyes empezará a resquebrajarse. Uno de los sátrapas renegará de la Cromería, del Prisma, y hasta del mismo dios Orholam, proclamándose Rey, y comenzando una guerra que, a buen seguro, tendrá repercusiones horrorosas. La paz ha terminado, y hay que tomar partido... 

Aunque en un principio me costó un poco engancharme, sobre todo por la cantidad de información y la dificultad para comprenderla..., llegado el momento en el que tuve las cosas un poco más claras, fui incapaz de soltarlo. Y no fue hasta ya casi el final cuando dándome cuenta de que estaba a punto de terminarlo y pasarían meses hasta tener el segundo libro en mis manos, me obligué a mi misma a leer más despacio, e incluso a hacer parones para no tener que despedirme tan pronto de los personajes y de la historia. 

Decir que el ritmo me ha parecido constante en todo momento, incluso teniendo en cuenta la cantidad de descripciones y explicaciones que podemos encontrar; no se me ha hecho pesado ni lento, sino que he disfrutado con cada una de ellas. El final me ha dejado con una cantidad de teorías impresionantes, aunque estoy segura de que ninguna de ellas se acercará ni un poco a lo que Brent Weeks nos tiene preparado. No es de extrañar que lo considera una de mis mejores lecturas del año. ¡Por Orholam! ¡Espero que su continuación, The blinding knife, no tarde mucho en llegar a España!

No puedo más que recomendarlo con mucha insistencia. Seas o no seguidor del género, e independientemente de que te haya gustado su anterior trilogía, El prisma negro brilla con luz propia..., nunca mejor dicho.

Puntuación sobre diez

Booktrailer del libro