Un equipo de especialistas de la empresa Global Aerospace Corporation (GAC), entre quienes figura Kristin L. Gates, ha desarrollado una solución parcial para el creciente problema de la basura orbital, formada por satélites (o partes de los mismos) ya inútiles pero que siguen ocupando espacio orbital y amenazando a los vehículos operativos con el riesgo de una colisión.
Esta solución consistiría en hacer regresar a la atmósfera terrestre la basura espacial mediante un nuevo dispositivo denominado GOLD (por las siglas del inglés 'Gossamer Orbit Lowering Device'). Con este sistema, sería posible la eliminación segura y eficiente de los objetos espaciales peligrosos que circulan por órbitas terrestres bajas.
GOLD es un sistema patentado que se vale de un gran globo fabricado con un material ultradelgado. Una vez hinchado, el globo aumenta la resistencia aerodinámica al avance en un factor de varios centenares. Este gran roce contra la exigua masa de aire presente en las órbitas bajas es suficiente para hacer perder velocidad al objeto inservible y provocar su pérdida progresiva de altura. La masa cada vez más densa de aire con la que se encuentra el objeto acaba calentándolo hasta incinerarlo. Usando el sistema GOLD, será posible que objetos que habrían permanecido en órbita durante siglos vuelvan a entrar a la atmósfera terrestre en cuestión de meses.
El dispositivo GOLD (por las siglas del inglés 'Gossamer Orbit Lowering Device').
El material del globo es más delgado y más ligero que el film de plástico transparente pare envolver bocadillos. Se necesita una cantidad muy pequeña de gas para inflarlo en el vacío casi perfecto del espacio. El sistema es capaz de seguir funcionando pese a las múltiples perforaciones que inevitablemente debe sufrir todo objeto de su tamaño expuesto a micrometeoritos o a partículas diminutas de basura espacial. A pesar de estos agujeros, la tasa total de fuga de gas será muy pequeña. El sistema de presurización podrá compensar muy fácilmente el ritmo de la fuga. En el caso muy poco probable de que el globo colisione contra un objeto grande, eso no provocará que el objeto grande se rompa en fragmentos, más difíciles de vigilar debido a su número. Por lo tanto, el funcionamiento de GOLD en sí mismo no puede empeorar el tráfico descontrolado de pedazos de chatarra orbital, como por desgracia sí podría ser el caso con algunos métodos alternativos que otros investigadores han sugerido.
Simulación de la puesta en órbita del sistema GOLD.
Aunque el globo cuando se infla puede ser del tamaño de un estadio deportivo (unos 100 metros de diámetro), su 'piel' es tan delgada que, deshinchado, el globo puede plegarse y guardarse en un espacio sorprendentemente pequeño (dentro de una maleta de tamaño medio). Gracias a ello, instalarlo en vehículos espaciales o etapas superiores de cohetes antes del lanzamiento no acarrea un costo importante en combustible extra para trasladar al espacio ese peso adicional.
Cuando los vehículos equipados con el sistema GOLD lleguen al final de su misión, se activará el despliegue del globo. Por otra parte, el sistema GOLD también podría ser amarrado a grandes bloques de chatarra ya en órbita, mediante el uso de un robot orbital.
En el caso de objetos grandes y densos que puedan ser capaces de resistir lo suficiente al regreso como para impactar contra la superficie terrestre y constituir un peligro para personas o bienes, el GOLD puede ser utilizado para dirigir su regreso de manera segura, haciendo que caigan en un sector poco transitado de un océano.
Fuente: Scitech News
Cerca de 19 mil piezas han sido identificadas por la NASA.
Quantum opina:
¿Sabía usted que más de 600,000 objetos descritos como basura espacial orbitan el planeta Tierra hoy en día?
De las 4.700 misiones espaciales (conocidas) que han sucedido desde el inicio del programa espacial, un tercio del total de la basura espacial que orbita el planeta Tierra es producto de tan sólo 10 misiones espaciales. De estas, seis se llevaron a cabo en los últimos 10 años. Estados Unidos, China y la antigua Unión Soviética son los principales responsables.
De acuerdo a la NASA, estas son las 10 misiones espaciales que más basura han producido.
* Fengyun-1C: 2.841 piezas. Colisión intencional (2007)
* Cosmos 2251: 1.267 piezas. Colisión accidental (2009)
* Cuerpo del cohete STEP 2: 713 piezas. Colisión accidental (1996)
* Iridium 33: 521 piezas. Colisión accidental (2009)
* Cosmos 2421: 509 piezas. Motivo desconocido (2008)
* Cuerpo del cohete SPOT 1: 492 piezas. Explosión accidental (1986)
* OV2-1/LCS 2 Rocket Body: 473 piezas. Explosión accidental (1965)
* Cuerpo del cohete Nimbus 4: 374 piezas. Explosión accidental (1970)
* Cuerpo del cohete TES: 370 piezas. Explosión accidental (2001)
* Cuerpo del cohete CBERS 1: 343 piezas. Explosión accidental (2000)
Esto nos indica, si proyectamos la muestra anterior, que la basura espacial se incrementará en un 50% durante los siguientes diez años y se cuadriplicará en los siguientes cincuenta años. Actualmente hay 13 mil casos semanales de objetos que orbitan muy cerca el uno del otro. Ya, en un futuro próximo, habrán nuevos desperdicios sumándose a nuestro vertedero espacial: la Agencia Espacial Europea y Envisat que es, básicamente, el satélite no militar más grande orbitando nuestro planeta.