El problema de la inflación nunca han sido los salarios ni-mileuristas.

04/03/2011. El Banco de España ha advertido de si no se flexibilizan los salarios en el actual contexto de repunte de precios el IPC se mantendrá al alza, socavando la competitividad y reduciendo la actividad económica y la creación de empleo.
Los agentes sociales se comprometieron, junto a la Patronal CEOE y Cepyme , a moderar los salarios, durante años, fue uno de los acuerdos más valorados por los agentes sociales y económicos en España, ya que con el acuerdo se comprometieron a que las nóminas crecieran siempre por debajo de la inflación como fórmula para que las empresas ganaran competitividad y se creara empleo.
La apuesta siempre ha sido la misma, tanto en época de bonanza económica como en los tiempos de la crisis profunda; “en el contexto actual, se va por el buen camino” y "hay que seguir ahondando en reformas estructurales que contribuyan a aumentar la competitividad". Sin embargo los ridículos salarios de millones de trabajadores nunca han sido el problema. Los precios no suben porque suban los salarios.
19/08/2012. Los precios del litro de gasolina y de gasóleo se acercan a sus máximos históricos tras acumular un encarecimiento de hasta el 9% desde la primera semana del pasado mes de julio. En lo que va de año, el precio del litro de gasolina se ha encarecido un 13,4%, mientras que el de gasóleo es un 8,5% más caro que en enero. A esto añadan todo lo que ha subido el coste de la vida, lo más básico, imprescindible y esencial, y cuanto ha bajado su poder adquisitivo.

La realidad ha conducido a millones de trabajadores a salarios sub-mileuristas, una menor renta disponible, más paro y el incremento de impuestos. Finalmente hay un reparto injusto del esfuerzo y un mal reparto de los beneficios; los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Todo era mentira.
¿Donde están las voces que apostaban por moderar la inflación por encima de todo en estos momentos en el que todo sube menos los salarios? Porque no ponen el mismo empeño en controlar los precios. Sería una novedad que esta vez fueran más “ingeniosos” y no lo hicieran recortando, aun más, las nóminas de los ni-mileuristas españoles.