El problema epipaleolítico

Publicado el 05 abril 2015 por Vigilis @vigilis
Una de las partes más misteriosas y raras de la historia universal del hombre sobre este planeta es la de cuando la agricultura y la ley nos separan definitivamente de los monetes. Hay unas ruinas al sur de Turquía, cerca de la frontera siria, formadas por una serie de piedras de roca caliza sin duda labradas por alguien con voluntad. La movida es que según se va excavando más, se van encontrando más cosas. Recordad que cuanto más profundo, más antiguo

Glöbeki Tepe, círculo interno.

Se trata de los típicos restos megalíticos, no muy toscamente tallados, con bajorrelieves, cuyo propósito ignoramos completamente. Recuerdan a los restos megalíticos del neolítico mediterráneo del cuarto milenio antes de Cristo. Ya sabéis que durante cuatro mil años —que sepamos por ahora— a nuestros abuelos les dio por juntar piedras grandes para que miles de años después la gente se preguntara para qué sirven todas esas piedras.
El problema de Göbekli Tepe —así se llama el sitio turco— es que esas construcciones tienen dataciones anómalas. Los restos más recientes corresponden al octavo milenio antes de Cristo, y los más antiguos —por el momento— al décimo milenio antes de Cristo. Sí, escucháis esto como escucháis caer la lluvia, por eso debo enfatizar lo loco que es el asunto.

10.000 a.C., tiene que ser una broma.

Tradicionalmente el arte megalítico corresponde al neolítico, un periodo en el que los hombres dejan atrás el nomadismo porque comienzan a desarrollar la agricultura, con la que obtienen excedentes energéticos que pueden invertir en especializaciones, burocracia y normas. La movida es que si nos vamos al siglo centésimo antes de Cristo, ahí todavía no había neolítico. Imaginad grupos de cazadores-recolectores construyendo durante siglos cosas en piedra en el mismo lugar. Yo me lo imagino y la única explicación que encuentro es que se trate de pescadores. Sin agricultura y sin ganadería, sólo puedes quedarte en un sitio si tienes una fuente energética alternativa (¡hola esquimales!).
Bien, Göbleki Tepe está a unos cincuenta kilómetros del Éufrates. Lo podríamos situar en un vértice del triángulo cuyos otros dos vértices son la que sería la ciudad hitita de Hahhum (hoy Samsat) y Karkemish. Al norte de este triángulo, el curso del Éufrates está alterado por el embalse de Atatürk que construyeron los turcos en la década de 1980. Milenios de actividad geológica y humana sin duda alteraron el curso del río, pero aún así no parece que Göbleki Tepe estuviera exactamente a mano de un río con gran caudal como para abastecer de comida a una comunidad relativamente grande de personas. Sin caminos, sin ruedas y sin transportes es dificil pensar en recorrer distancias tan grandes para obtener alimento. Así que lo de "comunidad de pescadores de río" es una especulación que dejo caer.

Bajorrelieve, de arriba a abajo: uro, perro y grulla.

Bajorrelieve: perro o cocodrilo, no sé, pero tiene huevones.

Si nos centramos en las representaciones fácilmente interpretables de la excavación, encontramos relieves con motivos naturales: jabalíes, escorpiones, pájaros... Lo normal cuando se ven imágenes de animales es que se suponga que esos animales andaban por ahí en el momento de esculpir la roca. Ese es el modo tradicional de interpretar las cosas. Los bajorrelieves y altorrelieves —que también incluyen motivos geométricos— se encuentran en los pilares que protagonizan el complejo. Estos pilares con forma de te mayúscula se suelen interpretar como representaciones humanas. Los pilares se disponen en círculos concéntricos. Una de las cosas que más llamaron la atención es que los pilares más antiguos están mejor hechos que los más modernos: son más grandes y sus decoraciones más precisas. Esto choca con la idea general de "mejora con el tiempo". Aquí se empeoró la técnica con el tiempo. Durante siglos se fueron enterrando pilares antiguos y levantando otros nuevos que cada vez eran más pequeños y cutres. Sencillamente no sabemos a qué se debe esto, aunque a mí me viene a la cabeza la imagen de un presidente de diputación inaugurando rotondas apresuradamente.

De arriba a abajo: bolsas de la compra (o coches), pájaros jugando al fútbol, escorpión y tal vez un perro.

Göbleki Tepe coincide en el tiempo con la cultura moda Natufiense que encontramos en Israel. Ahí en el mismo periodo hay restos de construcciones en piedra, pistas de sedentarismo en un mundo de cazadores-recolectores. El problema de fondo es el mismo: si no eran sociedades agrarias (¡ni siquiera —se supone— eran sociedades!) ¿por qué asentarse en un sitio?
Para encontrar respuesta a esta pregunta algunos investigadores se fijan en los registros climáticos. Tradicionalmente entendemos que la revolución neolítica que se origina en Irak está relacionada con el fin de la última glaciación. El caso Natufiense estaría relacionado por tanto con un cierto óptimo climático cuatro mil años antes de Sumeria. La movida es que esto tampoco nos vale: diez mil años antes de Cristo (milenio arriba, milenio abajo) hubo una abrupta bajada de temperatura en el planeta. Esta bajada de temperatura no sabemos a qué se debe (freno de la cinta transportadora oceánica, alienígenas juguetones, erupciones volcánicas, guerra atómica, impacto de meteorito... elige tu propia aventura).

Contemporáneas a los estratos más antiguos de Glöbeki Tepe son algunas pinturas en la cueva de Las Monedas (Puente Viesgo). Es la época en la que poco a poco el europeo occidental deja de vivir en cuevas. Por cierto, esa cueva recibe su nombre porque se encontraron monedas del siglo XV, ah, pero la cueva fue descubierta en 1952 (?).

Cuando descartas lo imposible, te queda lo improbable. ¿Y si sencillamente la revolución neolítica no tiene lugar en Irak con un óptimo climático y sin embargo se origina en el levante mediterráneo en condiciones climáticas adversas? ¿Y si existe un periodo de transición entre el cazador-recolector y el agricultor más largo de lo que pensamos hasta ahora?
Existe cierta ley histórica —y lo digo sabiendo que no existen las leyes históricas— que dice que son las condiciones de vida dificiles las que posibilitan los cambios. Los samoanos prehistóricos jamás levantaron ciudades ni complejas estructuras sociales, aunque sí hicieron monumentos en piedra y tierra similares a los de la prehistoria de Oriente Próximo.

Hagar Quim (Malta), 3.200 a.C.

Vuelvo a Göbleki Tepe. Aparte del gran complejo monumental no hay evidencias de una sociedad agraria y sedentaria. La tradicional visión de la prehistoria nos dice que el sedentarismo y la agricultura son causa de mayor complejidad social, de la aparición de la religión formal, de la especialización y de la jerarquía. Pero ¿y si la complejidad social apareció antes que la agricultura? Es más, dándole la vuelta a la visión popular del neolítico, ¿y si la agricultura es consecuencia de la previa aparición de la religión formal y de la previa aparición de clases especializadas? El hombre es un mamífero muy listo. Puede que durante milenios cazadores-recolectores fueran evolucionando creando estructuras sociales complejas y trabajos especializados. Esta complejidad puede que causara la posterior necesidad de excedentes energéticos y por tanto los primeros cultivos y alteraciones de especies de plantas y animales que tiempo después nos han llevado a tener comunidades de vecinos y Silvio Berlusconi.
La interpretación "la complejidad nos lleva a la agricultura y no al revés" debería de tener más pruebas a su favor. Pienso en Norteamérica, donde los indígenas comenzaron a cultivar rábanos y cerezas antes de que llegara desde el sur el cultuvo del maíz. Desde el sur, desde lugares donde ya existían la liga de fútbol y la agencia tributaria. En general, podemos estar hasta el fin de los tiempos tratando de falsar teorías. Puede —especulo— que no exista una solución unica y universal para resolver el problema del origen de la civilización/sociedad. De lo que sí podemos estar seguros es que cuanto más sabemos menos sabemos.
Dramatización: