Sí, como lo oyes, ese es el auténtico quid de la cuestión. Seguro que en muchas ocasiones has oído —o tú mismo la has utilizado— la siguiente expresión:
«Se ahoga en un vaso de agua»
¿Qué quiere decir esa expresión? Muy sencillo: que ante la misma realidad ‘objetiva’ (problema) la gente ve una realidad ‘subjetiva’ (percepción) distinta que hace que actúen de una u otra manera, produciendo unos u otros resultados.
Un ejemplo: imagina que tenemos un problema de nivel 5 y una persona tiene un nivel de habilidades de nivel 2, entonces para esa persona, el problema es muy grande. Pero imagina que otra persona tiene un nivel de habilidades de 8, entonces el problema es pequeño, fácil de manejar y resolver. La conclusión está clara: El problema nunca es el tamaño del problema; el problema es tu tamaño.
Si un problema te parece ‘grande’ es que tú eres ‘pequeño’, y por tanto, te quedan cosas por aprender y más experiencia por tener. Y si un un problema te parece ‘pequeño’ es que tú eres ‘grande’, y por tanto, tienes conocimientos y experiencia. Por eso, no es casual que el lema de Aprendiendo de los mejores (Alienta, 2013, 3ª edición) sea el siguiente que da subtítulo al libro:
«Tu desarrollo personal es tu destino»
O dicho de otra manera:
«Tu nivel de ingresos sólo puede crecer hasta el nivel que crezcas tú»
En la medida que creces tú —en estudio, lectura, formación, contactos, experiencia...—, puedes afrontar mayores retos y, por tanto, obtener mejores ingresos. Por eso, el referente Jim Rohn siempre decía: «Nunca pidas menos problemas, desarrolla más habilidades, los problemas nunca desaparecen». Por eso, también T. Harv Ecker (@t_harv_ecker), autor del excelente libro Los secretos de la mente millonaria —libro sobre la psicología del dinero y la riqueza— siempre dice: «El secreto del éxito no es tratar de evitar los problemas ni deshacerte de ellos; tampoco acobardarte de ellos. El secreto es crecer tú de forma que seas más grande que cualquier problema».
Los problemas nunca desaparecen. En unas ocasiones son unos y en otras ocasiones son otros. Y sólo hay una forma de hacerles frente que es desarrollando las habilidades necesarias para ello. Cuanto más creces como profesional, más recursos tienes para superarlos. Cuanto más grandes sean los problemas que puedes resolver, mayor será el negocio que podrás manejar. Cuanto mayor sea la responsabilidad que puedas asumir, más empleados podrás dirigir. Cuanto más clientes seas capaz de atender, más dinero podrás manejar... La ecuación es la siguiente:
ZC (Zona de Comodidad) = ZR (Zona de Riqueza)
Tu ZC (Zona de Comodidad) es igual a tu ZR (Zona de Riqueza): a medida que expandes la primera se incrementa la segunda. Lo peor siempre es esconderse y huir de los problemas. Tiene un alto coste personal y profesional: renunciar a crecer. La huida alivia, pero no cura.