Una de las grandes dificultades al momento de escribir es darle un sentido completo a la idea literaria. Admiro a los escritores que se pueden sentar a trabajar sin tener una planificación de su historia, sino que dan rienda suelta a su imaginación y semanas después tienen un manuscrito de respetable extensión. Pero no todos somos así. La mayoría de los escritores necesita una ruta, un mapa a seguir que le indique su recorrido, las paradas que debe hacer, los tropiezos con los que se encontrará en el camino el protagonista.
Todo proceso de planificación tiene sus técnicas, algunas más difíciles o necesarias que otras. En este post aprenderás a trabajar con tu idea de escritura y pasar por un proceso de pulido, donde puedas llegar hasta la elaboración de una escaleta. Estas son las bases del proceso de planificación de una novela.
1. La asociación de ideas literarias
El primer gran tema es la IDEA en sí: debe ser potente, fuerte, tanto como para darte una historia o novela completa. Muchas veces se nos ocurre alguna idea que puede ser buena, innovadora, incluso motivarte a comenzar a escribir o investigar más sobre el tema. Pero puede que esta solo nos sirva para un capítulo de la novela, para algún diálogo o para enriquecer el argumento.
Puedes tener muchas ideas literarias, pero hasta qué punto estas son lo suficientemente buenas como para sostener una novela por completo.
Entonces, lo que debes hacer es analizar tu idea y decidir si esta es una pieza clave o es el rompecabezas completo. Si es solo una pieza, anótala, no la descartes, pues te puede servir después. Lo que no te recomiendo es escribir una novela sustentada en una idea insuficiente, pues te estancarás a mitad de escritura.
Ten un cuaderno de ideas o abre una carpeta en tu computadora donde puedas anotar ideas de literatura, ya sea un personaje que se te ocurra, diálogos, ambientaciones, temáticas, conflictos, etcétera. Deja reposar tus ideas. Luego analiza si puedes asociarlas entre sí. Lo más probable es que logres encajar las distintas piezas del rompecabezas y armar una idea más sólida.
Cuando ya le has encontrado un sentido completo a esa asociación de ideas, te propongo que escribas una sinopsis de la historia. Te puede tomar entre 600 a 2,000 palabras, pero te servirá para hacer el cuadro general de la historia que vas a escribir.
Si te complica escribir una sinopsis, imagina que le estás contando a un amigo o familiar el resumen de una película o de la última serie que viste. En un par de párrafos, puedes resumir la trama de principio a fin.
Si no puedes hacer este resumen, tus ideas no están del todo claras o hiladas. Entonces tienes que empezar a llenar esos espacios en blanco para darle la solidez que necesita tu historia. Este paso es importante porque, de no realizarlo, te vas a bloquear al momento de entrar de lleno en la planificación.
2. Las fichas de personajes
Tienes la idea central. También anotaste algunas ideas secundarias y lograste hacer una sinopsis o resumen de la historia. Significa que tienes los materiales básicos que servirán como cimiento, pero debes comenzar a mezclar algunos de ellos. Que no te quepa duda de que sin conflicto, no hay historia. Asimismo, sin personajes, no hay quien viva esa historia.
Por eso te propongo elaborar fichas de personajes. Para ello, debes hacer una breve descripción del mismo, como su biografía. Decidir aspectos de apariencia física, del carácter o psicología. También conocer su cosmovisión, cuáles son sus motivaciones, sus creencias, sus intereses. Cómo se viste, de qué forma habla, cuál es su nivel sociocultural…
Conocer bien a tus personajes te permitirá darles coherencia, además de poder decidir cómo será su evolución en la historia.
Este proceso también te enrostrará si necesitas investigar o documentarte un poco más. Por ejemplo, imagina que uno de tus personajes es un psicópata o tiene un trastorno de personalidad. Lo lógico es que sepas cómo es el actuar de este tipo de personas, que entiendas cómo se manifiesta la enfermedad mental, pues eso te dará herramientas para darle vida a tu personaje desde la coherencia.
Recuerda que no todos los personajes pueden reaccionar, actuar o hablar de la misma forma ante las mismas situaciones. ¡Tampoco pueden parecerse a ti! Cada personaje debe tener una dimensión psicológica y sociocultural propia.
Lo mismo sucede con las ambientaciones o escenarios donde ocurrirán los hechos. Es posible elaborar estas fichas para considerar los elementos que pueden ser parte sustancial de la historia. Igualmente, en ocasiones tenemos que investigar sobre los distintos ambientes, sobre todo cuando se desarrollan en un país o lugar que no conocemos, o cuando es una época distinta.
3. Planificar tu historia con una escaleta
La escaleta es el esqueleto de tu novela. Y sirve para ordenar parte por parte, según su orden de aparición, la historia: desde las ambientaciones o lugares, las escenas, los personajes, los conflictos o sucesos... TODO.
Si llegaste a este punto, probablemente lo que quieres es sentarte a escribir. Pero detente. La escaleta es un paso clave que te permitirá analizar cada elemento de la historia y decidir si es potente o no.
Hay varias versiones o plantillas por las que puedes dejarte llevar para hacerla. Pero yo te voy a explicar la que me ha servido a mí durante estos años, y también la que más trabajo con mis aprendices de escritor en las sesiones de asesoría literaria.
Si recuerdas la historia inicial que te conté, aquella estructura en la que dividí mis 20 capítulos era una escaleta, que, aunque bastante básica, me sirvió para escribir mi primera novela. Prácticamente, lo que haces es tomar la sinopsis que hiciste en el primer paso y dividirla en partes que sean lo suficientemente completas como para considerarse todo un capítulo.
Cada división debe tener un inicio, desarrollo y cierre. Procura que la primera introduzca al protagonista y su contexto. También que se genere una ambientación psicológica y se presente el conflicto.
¡Usa el formato de las series de televisión! Hay una trama central que se presenta a través de todos los capítulos y que va avanzando paulatinamente. Pero a su vez, cada capítulo tiene su trama o conflicto en sí, que es más pequeño, pero que encierra toda una microhistoria.
Después vas a analizar cada capítulo y hacer un breve resumen de lo que sucede en este. No tiene que ser largo, con unas 4-5 líneas tienes más que suficiente. Anotas: “Capítulo 1” o si quieres ponerle nombre, lo haces. Y debajo escribes de qué tratará, qué personajes intervienen, cuál será el conflicto que presentarás en esa escena(s).
Y cuando hagas eso con todos los capítulos, acuérdate de releer y analizar el esqueleto desde distintas perspectivas. Por ejemplo, fíjate en que no haya incongruencias en el conflicto y que todos los capítulos hagan avanzar la historia.
¿Terminaste con la escaleta? ¡Felicidades! Ya tienes todos los elementos base de la planificación de tu novela. Te aseguro que con esto no te estancarás, pues tienes tu ruta a seguir al momento de sentarte a trabajar. Escribir será solo un trámite, porque ya tienes el mapa.
Ten en cuenta que esta estructura también te sirve si quieres publicar una novela por capítulos en un blog o en Wattpad. La escaleta te ayudará a no perder el rumbo de la escritura y evitar errores argumentales.
Repasemos: 1) asocias y ordenas tus ideas de escritura, 2) escribes una sinopsis o resumen, 3) haces fichas de personajes (y/o de ambientaciones), 4) decides si debes documentarte o no, y 5) elaboras tu escaleta. Con esto tienes la planificación y puedes iniciar con tu proceso de escritura.
¿Conoces otra forma de planificar la escritura que quieras compartirme? ¿Qué te parece esta propuesta de planificación que te presento? ¿La utilizarás?