Revista Opinión

El proceso hasta la visita de Obama implica el ‘reconocimiento de la legitimidad’ del régimen, dice ‘Granma’

Publicado el 09 marzo 2016 por Tablazo Tablazo Cubanoti @tablazocom

La visita que realizará este mes a Cuba el presidente estadounidense, Barack Obama, forma parte de un “complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales”, que ha avanzado sobre “el reconocimiento de la legitimidad” del régimen, dice el diario oficial Granma en un extenso artículo publicado este martes.

En el texto, con la rigidez habitual del discurso oficial, La Habana se parapeta tras sus exigencias y sus declaraciones de principios, y vuelve a poner en Estados Unidos la responsabilidad de los mayores problemas de la Isla, entre ellos la desbandada migratoria.

Según el diario del Partido Comunista, Obama llagará a una Cuba “dueña de su soberanía y con una Revolución en el poder, encabezada por su liderazgo histórico”, como llama la prensa oficial a la dictadura de casi seis décadas.

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“Se ha llegado a este momento como resultado de la heroica resistencia del pueblo cubano y su lealtad a los principios, la defensa de la independencia y la soberanía nacionales, en primerísimo lugar”, diceGranma. “Tales valores (…) condujeron al actual Gobierno de los Estados Unidos a admitir los daños severos que el bloqueo ha causado a nuestra población y al reconocimiento del fracaso de la política de abierta hostilidad hacia la Revolución”, añade.

Resalta el apoyo de los aliados de La Habana, principalmente en Latinoamérica, que, a juicio del periódico, “colocaron a los Estados Unidos en una situación de aislamiento insostenible”.

En el artículo, una especie de editorial a la defensiva, Granma dice que Obama conocerá a un pueblo “con un alto sentido del patriotismo y la unidad nacional”.

“El presidente de los Estados Unidos será recibido por un pueblo revolucionario, con una profunda cultura política (…) Un pueblo que nunca claudicará en la defensa de sus principios y de la vasta obra de su Revolución (…) orgulloso de su historia, sus raíces, su cultura nacional y confiado en que un futuro mejor es posible”, afirma el diario oficial, a pesar de las frecuentes muestras de preocupación del Gobierno por la creciente apatía de los cubanos hacia los asuntos políticos y del dramático aumento del número de ciudadanos que abandona el país.

La Habana repite a Obama la lista de “asuntos clave” cuya solución pone como condición para una normalización completa de relaciones. Señala como “determinante” el fin del embargo. Reconoce que el presidente estadounidense está a favor de su levantamiento y ha adoptado medidas para flexibilizar las restricciones, pero dice que buena parte de ellas no han podido ser implementadas “por su alcance limitado, por la persistencia de otras regulaciones y por los efectos intimidatorios del bloqueo en su conjunto”.

Granma no menciona, sin embargo, que el régimen no ha tomado medida alguna para facilitar la aplicación de disposiciones estadounidenses como las que afectan el área de telecomunicaciones o las que podrían beneficiar a los trabajadores privados.

Las otras exigencias de La Habana son la devolución del territorio que ocupa la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo y la eliminación de los programas prodemocracia, que el Gobierno de Raúl Castro califica de “injerencistas” y “dirigidos a provocar situaciones de desestabilización y cambios en el orden político, económico y social”.

“La política de ‘cambio de régimen’ tiene que ser definitivamente sepultada”, dice Granma y vuelve a señalar a Washington como supuesto “fabricante” de la oposición interna cubana, un argumento que el castrismo ha utilizado durante décadas para intentar desacreditar a sus detractores y presentarlos como personas sin ideas propias.

El texto afirma también que “tendrá que ponérsele término a las agresiones radiales y televisivas contra Cuba en franca violación del Derecho Internacional y al uso ilegítimo de las telecomunicaciones con objetivos políticos”.

En el terreno migratorio, el Gobierno vuelve a quejarse de la Ley de Ajuste Cubano, la política pies secos-pies mojados y el programa estadounidense de refugio a profesionales cubanos de la medicina enviados a misiones en el exterior. Responsabiliza a esas políticas de la pérdida de vidas humanas, el tráfico de personas y la fuga de recursos humanos, sin admitir las condiciones leoninas a favor del régimen de los contratos de los trabajadores de la salud y la falta de confianza en el futuro de la Isla que impulsa a miles de ciudadanos a abandonarla.

En el artículo, repite además que La Habana no tiene intención de realizar cambios políticos mientras mantiene su deriva hacia un capitalismo de Estado. Echa mano para ello a la advertencia de Raúl Castro de que su régimen no cederá “un milímetro” ni se dejará “presionar en (…) asuntos internos”, un recurso utilizado por el Gobierno para rechazar críticas por la represión de disidentes y otros ciudadanos.

A juicio de Granma, el régimen ha llegado hasta aquí porque le “asiste la razón y la justicia”.

El diario del PCC asegura que “profundas diferencias de concepciones (…) sobre los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la paz y la estabilidad mundial, entre otros, persistirán”.

Advierte que seguirá adelante el plan económico del castrismo, pese a los fracasos de seis décadas, y la construcción de lo que el Gobierno llama “socialismo próspero y sostenible”.

Ese camino “seguramente será ratificado en el VII Congreso del Partido Comunista, con Fidel y Raúl en la victoria”, dice.

Fuente: DDC


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