Un programa que demuestra lo solidarios y buena gente que son. Un programa donde pagan los demás, mientras ellos ponen el cazo.
Más que un programa liberal parece una lista de derechos y obligaciones emitidas por señores feudales del siglo XIV.
Ni una medida en la que se encuentre el mínimo sacrifico por parte de ellos. Al fin y al cabo, ellos son así, según recuerdan constantemente son los generadores de riqueza, como si los trabajadores no pusieran nada y las empresas estuvieran vacías.
Proponen cuestiones tan interesantes para sus intereses como, el abaratamiento del despido, disminución de la fuerza sindical, limitar el derecho de huelga. Pero claro, no se conforman con esto, además quieren que se privatice la sanidad y la educación, abogando además por el copago (llamémosle por su nombre re-pago, pago dos veces, vía impuesto y vía directa) y pidiendo apoyo y subvenciones para la enseñanza privada.
Nada nuevo bajo el sol, salvo el constante descaro de estos tipos, muchos de los cuales –léase las grandes constructoras, que hoy dominan también otros sectores o los bancos— son responsables de la crisis y quieren verse beneficiados por medidas a su favor y contra quienes la estamos padeciendo.
Estos patriotas de hojalata, capaces de producir la mayor parte del fraude fiscal (no lo digo yo, lo dicen desde el sindicato de funcionarios de hacienda GESTHA), además, pretenden que les bajen los impuestos a las empresas, que quiten el impuesto de patrimonio, y también dos huevos duros.
Falta poco más que habilitar el derecho de pernada y reinstaurar el garrote vil. Así es que ya sabemos –por si quedaban dudas, que supongo que no— dónde está cada uno. Los empresarios, en su afán acaparador, insolidario y sectario no quieren dejar puntada sin hilo.
¿Quién creen ustedes que están con este programa de gobierno? Pues sí, también lo apoyarán millones de trabajadores, el 20-N. ¿Hay quién lo entienda?
Salud y República