El mercado interior europeo es, junto a la moneda única, la pieza clave del proceso de construcción europea y uno de sus logros más tangibles.
Configurado a través de la libertad de circulación de personas, bienes y capitales, constituye el instrumento fundamental para el crecimiento y el empleo en Europa.
La plena integración del mercado interior se produce en un contexto de libre competencia. Es un mercado, por tanto, abierto y dinámico, que precisa de normas jurídicas claras y eficaces. El apoyo a nuestra actividad económica pasa por el hecho de que se desarrolle en un escenario de seguridad jurídica e igualdad de oportunidades entre las empresas intervinientes.
El mercado interior representa, además, una oportunidad única para la proyección internacional de nuestras empresas. No podemos olvidar que cerca de treinta millones de empleos dentro de la Unión dependen de las ventas al exterior.
A través del mercado interior podemos competir en mejores condiciones y adaptarnos a un mundo que evoluciona constantemente para crear nuevas perspectivas de futuro.
En este sentido, la Unión Europea está desarrollando una ambiciosa agenda comercial para promover la apertura de nuevos mercados. Recientemente se han concluido acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Colombia y Perú, y se están negociando otros tan importantes como India, Canadá o Singapur.
De especial trascendencia para la Unión Europea será el Tratado de Libre Comercio e Inversiones que se está negociando con Estados Unidos. Será una gran oportunidad para los ciudadanos en términos de creación de empleo y prosperidad, ya que juntos representamos el 50 por ciento del comercio mundial.
De completarse este conjunto de acuerdos, se añadiría, al menos, un 2.2 por ciento del PIB a la economía comunitaria, esto es, 275 mil millones de euros y 2,2 millones de empleos nuevos en toda la Unión Europea.
España necesita un entorno económico que permita reaccionar de manera ágil ante las señales de los mercados globalizados. El incremento de la competitividad de nuestras empresas pasa por aprovechar íntegramente las potencialidades, tanto de un mercado nacional amplio y competitivo, como de su pertenencia a la Unión Europea, al mercado interior y a la moneda única.
El Partido Popular trabajará en el Parlamento Europeo para reducir la carga regulatoria y burocrática de la normativa europea, simplificándola, clarificándola y haciéndola más accesible a empresas y ciudadanos, creando un entorno propicio para la inversión y el emprendimiento.
Nuestras Soluciones
1. Fomentaremos que las políticas europeas contribuyan a una plena integración del mercado interior europeo, con especial atención a los ámbitos de servicios y economía digital.
2. Diseñaremos estrategias que nos permitan asegurar la ventaja competitiva de nuestras empresas frente a economías emergentes como Brasil, Rusia, India, China y otros que están apareciendo en el nuevo escenario mundial y cuya pujanza es indudable.
3. Instaremos a los países terceros a garantizar que todos los trabajadores tengan cubiertos sus derechos en los ámbitos sociales, de salud y de seguridad y a cumplir con los requisitos mínimos de protección del medio ambiente. Sin estos elementos, no puede haber una competencia real.
4. Apoyaremos la internacionalización de nuestras empresas en igualdad de condiciones, promoviendo la eliminación de barreras técnicas y arancelarias en el comercio mundial.
5. Promoveremos una política comercial y de inversión basada en el principio de reciprocidad y beneficio mutuo. Impulsaremos la agenda comercial europea, fomentando la apertura de nuevos mercados e incentivando nuestra economía para crear más y mejores empleos en los diversos sectores económicos involucrados.
6. Apoyaremos, en coordinación con los socios europeos, la culminación por parte de la Unión Europea de acuerdos de libre comercio favorables a los intereses españoles. Promoveremos una conclusión equilibrada de la Ronda Doha en la Organización Mundial del Comercio (OMC) que aumente la libertad de comercio y favorezca el crecimiento económico.
7. Estimularemos la apertura comercial, la inversión, la eficiencia y la innovación, impulsando la demanda exterior de bienes y servicios para dinamizar el consumo interno, ofrecer mejores precios y favorecer la competitividad empresarial.
8. Apoyaremos la creación de un reglamento sobre normativa de compraventa europea para favorecer la actividad económica en la Unión. Debemos eliminar los costes adicionales que actualmente se producen en concepto de información, asesoramiento jurídico o negociaciones, como consecuencia de las distintas legislaciones nacionales.
9. Impulsaremos un marco institucional sólido, de funcionamiento ágil, que permita tomar las decisiones de forma rápida y segura para satisfacer las exigencias de protección y los estándares europeos de salud, seguridad en el trabajo, protección de los consumidores y del medio ambiente.
10. Impulsaremos el establecimiento de un área de comercio e inversión libre de barreras entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP), permitiendo la libre circulación de bienes, servicios, capitales y conocimiento entre ambas orillas del Atlántico. Trabajaremos para que además ofrezca a España la oportunidad de aprovechar un mercado con 50 millones de hispanohablantes.
11. Prestaremos especial atención a los intereses de España en las negociaciones con Japón y con otros importantes socios emergentes como los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China), MERCOSUR, México y países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático).
Completar la Unión Económica y Monetaria
En el último año y medio se han dado pasos firmes para avanzar en el proceso de integración europea. Sin embargo, son necesarios más esfuerzos para continuar por la senda reformista, completando de manera efectiva la Unión Económica y Monetaria y dotándola de capacidad suficiente para afrontar los desequilibrios, tanto internos como externos, que pudieran producirse en el futuro. Con ello evitaremos crisis como la que hemos vivido.
Se están produciendo avances importantes, como el refuerzo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y la creación de mecanismos de solidaridad europeos contra las crisis.
La Unión Bancaria nos permitirá superar el círculo vicioso entre el riesgo soberano y el riesgo del sector financiero, y la fragmentación de los mercados financieros.
Solo con una Unión Bancaria en la que el coste de financiación de cada banco y la seguridad de los depósitos de los ciudadanos y las empresas dependan de la salud de cada banco, y no de su nacionalidad, podremos restablecer el crédito a nuestras pymes, que son las que hacen posible un crecimiento sostenido y generador de empleo.
Pero es necesario avanzar más. Es esencial progresar en la Unión Fiscal, creando una capacidad fiscal común que aumente la resistencia ante eventuales turbulencias económicas y ofrezca mayores condiciones de seguridad al cubrir mejor los riesgos compartidos. No podemos olvidar que han sido los países que tenían menor capacidad de cubrir contingencias financieras o fiscales, los que peor parados han salido de la crisis.
Tampoco podemos dejar atrás la Unión Económica. Cuanto más integrados y flexibles sean nuestros mercados y más abiertas nuestras economías, habrá menos problemas, surgirán menos situaciones diferenciadas difíciles de resolver, y seremos más eficientes.
Necesitamos crear las condiciones para avanzar hacia más integración en sectores clave como la banca minorista, los servicios, las telecomunicaciones o la energía, algo que pasa por la coordinación previa de las principales reformas económicas.
Nuestras Soluciones
1. Completaremos la Unión Bancaria para acabar con la fragmentación financiera y facilitar que las entidades bancarias puedan reactivar el flujo de crédito hacia las empresas.
2. Avanzaremos en la aplicación del Mecanismo Único de Resolución, dotado de una Autoridad y un Fondo Único de Resolución, tal y como acaba de acordarse recientemente.
3. Aseguraremos la puesta en marcha y el adecuado cumplimiento de nuevas normas de buen gobierno económico relativas a la disciplina y a la supervisión presupuestaria por parte de los Estados miembros.
4. Trabajaremos para desarrollar una capacidad fiscal en la zona euro que permita la absorción de shocks asimétricos y dar una verdadera orientación a la política fiscal en la zona euro, apoyando la aplicación de reformas estructurales y la consolidación de las finanzas públicas.
5. Impulsaremos la aplicación de reformas estructurales para reducir los desequilibrios de la zona euro y mejorar la flexibilidad de nuestras economías, de forma que puedan absorber mejor los efectos de posibles escenarios económicos adversos.
6. Progresaremos en la coordinación previa de las políticas económicas y