• Dios quiere que comprendamos lo que Él nos está diciendo. Como cristianos, podemos estar seguros de que esto sucederá porque el Espíritu Santo está presente en nosotros, y Juan 16.13 garantiza que Él nos guiará a toda la verdad. Esto puede tomar tiempo y esfuerzo de nuestra parte, pero la intención del Señor es que entendamos claramente lo que Él está comunicando.
• Nuestro Padre celestial tiene también el propósito de conformarnos a la imagen de Cristo. Al leer la Biblia, su Espíritu puede señalar la compasión de Jesús hacia la mujer samaritana como nuestro ejemplo de vida; o el Señor puede alertarnos, por medio de la reprensión de Jesús a Pedro, a no depender del discernimiento humano. Nuestra responsabilidad es responder a sus palabras, alineando nuestra vida con la verdad, y no oponer resistencia.
Además, Dios revela verdades acerca de la vida en Cristo, para que podamos comunicar esos mismos principios a otros. Jesús decía solamente lo que su Padre celestial le había enseñado (Jn 8.28). Del mismo modo, nosotros necesitamos escuchar cada vez que Dios hable, y así sabremos qué decir.
Dios tiene algo que decir; a los obedientes y a los desobedientes; a los poderosos y a los débiles; a los perdidos y los salvos. No ignore lo que Él tiene que decirle. Permita que todo lo que suceda en el día le acerque a Dios, y cultive el hábito de darle toda su atención a Él.
(En Contacto)