El proyecto 1794
31/12/2014 Fabián Scabuzzo(Por Ricardo Marconi) Esa mañana del 20 de setiembre de 2012, el director del National Desclasification Center (NDC), mientras tomaba su café de media mañana sonreía con satisfacción.
Había recibido la información, en primera instancia por teléfono y luego mediante un memorándum oficial en la que se le comunicaba que el National Archives de Estados Unidos había decidido desclasificar y publicar el expediente Aero Sys Div., 1969 –RG 342 UD-UP 138, NND 63253 titulado “How to Build a Fyng Saucer” esto es “Cómo construir un plato volador”, dónde se exponían detalles de los planos para construir un OVNI. El expediente era el 1794.
Tres años antes, en setiembre de 2009, la CIA y el FBI desclasificaban 1.600 archivos OVNI y quienes se interesan en estas cuestiones tomaron conocimiento de que el propio FBI, por intermedio de su sitio “The Vault” –La Bóveda- incorporaba más archivos –para sorpresa de todos- en los que se hacía mención explícita de informes sobre recuperación de objetos voladores no identificados, así como de cuerpos humanoides que se presumían correspondían a seres extraterrestres.
A esta altura de esta columna vale insistir en que lo señalado fue comunicado por medio de documentos oficiales del gobierno estadounidense.
Nuestras fuentes afirman que en realidad el proyecto original “no se habría cancelado” y se preguntan si el desarrollo de los drones tienen algo que ver con el tema.De esta manera los US National Archives dieron a conocer detalles sobre el Proyecto 1794, cuyo objetivo último era el de construir un plato volador supersónico, una aventura militar que se inició en 1950.
Estamos haciendo referencia a un salto tecnológico que podría ser calificado de inconmensurable, el que –nos dicen nuestras fuentes- le costó aproximadamente 750.000 dólares al Ministerio de Defensa norteamericano.
Un memo, publicado en 1956 apunta que la US Air Force habría contratado a una compañía canadiense –presuntamente AVRO Aircraft Ltd.-, a la que se le habría ordenado construir una aeronave sofisticada con armamento que volara a velocidades mayores a Mach 4 para que se elevara en un techo superior a los 100 mil pies de altura, con una autonomía de vuelo de 1.000 millas naúticas. Para hacerlo fácil: debería cubrir el trayecto de Nueva York a Miami en 24 minutos.
La nave tendría la tecnología que le permitiría salir y entrar a la estratósfera a, por lo menos, 2.600 millas por hora y que pudiera despegar y aterrizar verticalmente utilizando una forma no convencional.
El prototipo nunca voló. Sólo alcanzó en las pruebas los 5 pies y el proyecto fue cancelado.
Nuestras fuentes afirman que en realidad el proyecto original “no se habría cancelado” y se preguntan si el desarrollo de los drones tienen algo que ver con el tema. Las versiones que escuchamos y que aún no se han podido confirmar hablan de la existencia de una transcripción secreta de una reunión realizada sobre el tema que nos ocupa en 2007.
Otros nos indican que el 20 de enero de 1984, el ex presidente Ronald Reagan dialogó con el jefe de os espías norteamericanos Willians Casey en Camp David junto a una tercera persona desconocida, quien habría dado detalles sobre “un segundo impacto ocurrido en Roswell”.
El tercer interlocutor no identificado habría dado argumentos sobre el hallazgo de 13 cadáveres y un sobreviviente –un tripulante dedicado a la mecánica de la nave-, quien fue derivado a la base de Los Álamos, dónde detalló datos acerca del funcionamiento de los equipos del OVNI de combate. A partir de allí, al parecer, llovieron casi de la nada conocimientos que permitieron generar un sistema de propulsión secreto en el que se habrían aplicado recursos económicos equivalentes al de los ministerios de Defensa de varios países del orbe. La resultante sería una nave no tripulada de combate con tecnología “copiada”.
En mayo de 2013, el fiscal general de Estados Unidos denunció “el uso de naves no tripuladas para matar terroristas mientras se construye un plato volador”.