Revista Cultura y Ocio

"El proyecto Williamson" de John Grisham. Best-seller de no ficción.

Publicado el 11 septiembre 2019 por Juancarlos53
“El proyecto Williamson” de John Grisham es el otro libro que en principio iba a acompañar a “Magallanes” de Stefan Zweig en la no-nata reseña compartida 'A pares II'. Como cualquiera puede ver son importantes las diferencias en todos los aspectos entre uno y otro escritor. Estas diferencias y la indudable capacidad de cada uno de ellos para sostener por sí mismos una reseña individual es lo que me hizo divorciarles de esa probable “A pares II” en la que pensaba unirlos. También, como “Magallanes” de Zweig, esta obra de Grisham es de actualidad por dos cosas: la colección de novelas que encabeza y la serie que sobre ella se puede ver actualmente en Nettflix.


Esta novela aparecida en Estados Unidos el año 2006 con el más orientativo título de "El hombre inocente" ("The innocent man") ha sido el volumen inaugural de la colección 'Casos de crímenes reales' que el diario 'El País' desde el fin de semana del pasado 7 de julio y hasta el del próximo22 de diciembre puntualmente llevará a los kioskos. Algo más veraniego que comprar un título de un autor de best sellers para leerlo en la playa o durante el viaje en tren o avión no puede haber desde luego. Y he de confesar que la finalidad pretendida por mí al adquirirlo y de seguro por la editorial al publicarlo se alcanza totalmente: entretener/me. La verdad es que por mi parte ninguna cosa más pretendía lograr.
"Cuando no tienes dinero para hacer valer tus derechos, estás a merced del sistema judicial. Y, una vez dentro del sistema, es casi imposible salir, aunque seas inocente." (pág. 354)
La frase anterior creo que sintetiza fielmente el asunto que se dirime en este relato. Un joven exitoso, Ron Williamson, de una pequeña localidad estadounidense (Ada, condado de Pontotoc, Oklahoma), que fue durante su adolescencia y primera juventud prometedora estrella de beisbol al fichar por equipos de mayor nivel ve cómo su estrella se va apagando con rapidez hasta el punto de llegar a desaparecer. En ese momento Ron inicia una etapa de vagabundeo por locales de estriptis, consumo inmoderado de alcohol, peleas y constante repetición a quienquiera que aguantase su perorata de cómo iba a triunfar en el mundo del deporte que le había vuelto definitivamente la espalda.
Los problemas a este joven inadaptado -mejor sería decir, fracasado- social le llegan cuando Debbie Sue Carter, joven camarera en Ada de un club nocturno, es violada y asesinada tras salir del trabajo. El 'Coachlight', local donde ella trabajaba, es muy conocido en la ciudad y a él podría decirse que acuden todos los jóvenes del lugar. Esa noche Ron no lo ha hecho; según afirma su madre la ha pasado durmiendo en su casa, pero de nada le valdrá esta coartada porque los policías locales están empecinados en que él es el culpable. Sólo tienen un pequeño problema: no tienen pruebas de la culpabilidad de Ron. Será seis años después de la muerte de Debbie cuando por fin el fiscal y la policía logren reunir 'pruebas' para detenerle junto a su amigo Dennis Fritz con quien muchos fines de semana se emborrachaba y endilgarles así a ambos el marrón de la violación y muerte de la camarera dell Club nocturno 'Coachlight'.
Ron y Dennis serán juzgados en piezas separadas y condenados el primero a Pena de Muerte y el segundo a Cadena Perpetua. Gracias a la existencia del denominado Proyecto Inocencia, el compañero de desgracias de Ron, Dennis Fritz, será ayudado por quienes participan en él,. Lograrán provocar un nuevo juicio de su caso. Por su parte Ron estará a pocos días de ver cómo la novedosa pena de muerte por inyección letal instaurada en el estado de Oklahoma se ejecutaba en su persona. Afortunadamente el juez Frank Seay y sus asistentes (Vicky Hillebrand, Jim Payne, y Fail Seward) a quien cayó aleatoriamente el recurso de Habeas Corpus presentado por la abogada de Ron, Haber Chesley, lo atenderá y así salvará a Ron de la muerte. En el juicio que siguió los abogados de Ron, Mark Barrett, Sara Bonell y Harry Scheck, lograrán echar por tierra las falsas pruebas presentadas por los de la acusación (Bill Peterson, Nancy Shew y Chris Ross).
Ronald Keith Williamson volvió a ser un ser libre tras doce años de injusto encarcelamiento. Sus hermanas, Annette y Renée,  siempre lo asistieron y cuidaron sabedoras de los problemas de bipolaridad que desde su temprana adolescencia Ron arrastraba y que estuvieron siempre en la base de la deriva que tomó su vida. Pero esta problemática y la mala gestión de la misma llevada a cabo por los médicos y por el mismo enfermo no justifican para nada la falta de ética y profesionalidad que el equipo policial de la ciudad de Ada practicó a la hora de querer endilgar el muerto a este débil ser humano.

John Grisham escribe en esta novela sobre un caso real sucedido en esa localidad de Oklahoma el 8 de diciembre de 1982 y que dio con los huesos de Ron  en la cárcel seis años más tarde, cárcel de donde no volvería a salir hasta el año 2000. El funcionamiento de la Justicia norteamericana, la corrupción moral de la policía que fabrica pruebas falsas que pueden llevar a un inocente a la muerte, y también el acorchamiento mental de la sociedad americana que no se cuestiona la veracidad o no de una acusación policial son denunciados enérgicamente por el autor de thrillers legales en esta novela de no ficción que se me hizo algo pesada en algún momento, aunque su inicio es fulgurante y muy atractivo en mi opinión.

"Por el hecho de ser un blanco de una ciudad blanca, arrestado por policías blancos, acusado por un fiscal blanco y declarado culpable por un jurado blanco, se convirtió en el personaje preferido de todos los reporteros y periodistas. Semejantes abusos podían ser frecuentes entre los pobres y las minorías étnicas, pero no entre los ciudadanos normales de una pequeña ciudad." (pág 373)
En 2018 se ha hecho una miniserie televisiva basada en este título; miniserie que he comenzado a ver pero que he decidido abandonar en su segundo episodio por resultarme tediosa y aburrida. Es evidente que en esta ocasión para la no ficción me parece mejor la escritura que la imagen pues ésta convierte el caso en un mero documental, cosa que en esta novela de no-ficción no sucede.


Nota: Los thrillers legales de John Grisham me resultan muy entretenidos. He leído y reseñado en este blog algunos de ellos: "El estafador", "El último testigo", "Un abogado rebelde" y "El soborno" (pinchando en los títulos se accede a las reseñas)

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