El psicólogo es una figura que está adquiriendo mayor relevancia en estos tiempos de estrés, incertidumbre y miedo que todos estamos viviendo. Muchas personas buscan la solución a sus problemas en una persona que, casi por arte de magia y en poco tiempo, sea capaz de resolverlos con el mayor de los éxitos. Tanto es así, que por desgracia muchos abandonos en las terapias llegan a producirse porque el tratamiento “no es como el paciente esperaba”, dándose cuenta de que se demandaba de él una mayor implicación de la que imaginaba.
Resulta llamativo el enorme poder y prestigio social con el que cuentan los psicólogos, pues, según los estudios, una buena parte de la población siente tal admiración por ellos que llega a verlos casi como “seres superiores” que no tienen problemas y que son capaces de solucionar cualquier conflicto propio o ajeno con facilidad. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la enorme mayoría de ellos, aunque puede que nunca lleguen a asumirlo delante de los demás, también tienen sus propios problemas y debilidades, muchos de los cuales nunca se resolverán por completo.