El PSOE, abrumado por el lastre

Publicado el 27 febrero 2019 por Franky
El PSOE se presenta a las elecciones con demasiado lastre, casi maniatado y maltrecho por el peso de sus propios dramas y contradicciones. Son muy pocos los que se creen lo que dicen las encuestas, según las cuales el socialismo obtendría una victoria. Los más pesimistas creen que sus pecados y traiciones le oprimirán como una losa de plomo en las próximas elecciones y que, a pesar de las encuestas favorables, sufrirá una derrota humillante, abandonado por los millones de españoles que no quieren un nuevo gobierno de miserables, el de un Pedro Sánchez en la Moncloa sostenido por nacionalistas, golpistas, proetarras y totalitarios en declive. --- El PSOE de Sánchez está aislado, no sólo de los partidos políticos que se sitúan en su derecha, PP, PSOE y VOX, sino del grueso de la sociedad española, que rechaza otro gobierno de golpistas, totalitarios y enemigos de España. La ruptura con todo lo que se encuentra a su derecha es un lastre que le aísla y empuja hacia la izquierda. Su amistad y cercanía con los golpistas, nacionalistas, proetarras y totalitarios, sus únicos aliados posibles, es otra losa de plomo que le impide ser apreciado por los votantes. La fractura interna del socialismo, la resistencia de los virreyes socialistas y la crítica de la vieja guardia que capitanea Felipe González le empujan hacia el fracaso, lo mismo que sus errores, que son muchos. Para colmo, también le acosan y asustan el fantasma de Franco, el rechazo ciudadano a las subidas de impuestos que Sánchez plenea y su clara apuesta por gobernar sin decoro en los últimos días de gobierno, a golpe de decretos, sin prudencia y sin respeto a la sólida tradición que dice que los gobiernos en funciones sólo adoptan decisiones cruciales y de emergencia.

Ayer, un diplomático extranjero comentaba que en los corrillos de Europa llaman a Sánchez "el loco", un rasgo de su extraña personalidad que cada día es más visible y que ha llevado a muchos expertos y a no pocos analistas y observadores a considerarle un peligroso enfermo del síndrome de la arrogancia y del poder desbocado.

Aunque sus seguidores le adoran porque ha conseguido derrocar al odiado Rajoy e imponer un gobierno socialista, sus filas merman y flaquean ante los muchos enemigos que ha acumulado en los últimos meses, entre ellos muchos de sus correligionarios, convencidos de que el rumbo que Sánchez ha impuesto al PSOE conduce al partido a la desaparición, como ha ocurrido en otros países del mundo, entre ellos Francia e Italia, donde el socialismo, que llegó a gobernar, hoy es un cadáver.

La lista de sus dramas y lastres parece interminable: los problemas empezaron a surgir muy pronto. El 13 de junio, Máxim Huerta dimitió como ministro de cultura y deportes por burla al fisco. También tuvo que dimitir la ex ministra de sanidad Carmen Montón tras conocerse la falsedad de su máster. Ya era el segundo ministro dimitido del nuevo gobierno en pocos meses. Aunque también se descubrieron posibles errores fiscales graves de los ministros Pedro Duque y Nadia Calviño, el presidente decidió resistir porque si caían más más ladrillos su edificio entero se vendría abajo. Poco después ABC publicó el plagio en la tesis de Pedro Sánchez y mas tarde aparecieron los audios de la ministra de justicia Dolores Delgado, en los que confiesa haber visto, en un viaje, cómo jueces y fiscales del Tribunal Supremo y de la Fiscalía General tuvieron “trato” con menores de edad en un viaje a Cartagena de Indias, lo que descubría a una ministra encubridora de un posible delito de pederastia.

A pesar de todo eso, un Sánchez impávido y con un rostro de piedra aguantaba en La Moncloa, aparentemente sin sufrir daño, pero sus dramas corroian las entrañas de un electorado que cada día se avergonzaba más de la baja calidad democrática del gobierno y de la sorprendente catadura del "jefe".

Pero de todos los dramas que amenazan su campaña electoral, el más dramático de todo, más que sus muchos pecados y carencias, es su aislamiento. El PSOE siempre fue un partido con capacidad para pactar con todos los demas para formar gobierno, pero el PSOE de Sánchez se ha bloqueado y sólo puede formar gobierno con las fuerzas más despreciadas de España, aquellas que tienen rasgos totalitarios y las que quieren romper la nación sin respeto alguno a la Constitución y a las leyes.

Ganar las elecciones con ese lastre más que una epopeya es un verdadero milagro.


Francisco Rubiales