Los socialistas le tienen pánico a una Justicia independiente y decente porque temen que gran parte de su política y estrategia salte por los aires por estar en conflicto con la democracia y la Constitución.
Los españoles están hartos de que los dos payasos que representan el pasado, la corrupción y el fracaso, Sánchez y Feijoo, no sean capaces de pactar una reforma de la Justicia que la haga independiente y decente. Deberían dimitir si no son capaces de lograrlo, sobre todo Sánchez, que le tiene terror a una Justicia que funcione, que sea democrática y que esté en consonancia con la Constitución.
Si el PP traga y acepta renovar los tribunales sin despolitizar antes la Justicia, como exige el PSOE, traicionará la democracia, los deseos del pueblo y la decencia. Es mucho más importante y necesario para España expulsar a los políticos de la Justicia que renovar el CGPJ.
Muchos españoles queremos para España una justicia independiente y justa, que domestique a los políticos, que son los grandes violadores de la Ley de Leyes, que es la Constitución. Sólo con eso, los chorizos desaparecerían, el país se regeneraría y España seria grande y próspera.
El PSOE de Sánchez se resiste con uñas y dientes a que España tenga una Justicia decente e independiente porque sabe que tendría que refundarse o disolverse. A los Independentistas les iría todavía peor y al PP le pasaría algo parecido al PSOE, aunque algo menos.
Hay decisiones y leyes socialistas y podemitas que han sido recurridas y que un tribunal Constitucional independiente anularía si aplicara las leyes democráticas y los mandatos constitucionales. Gran parte del andamiaje ideológico del sanchismo, con columnas como el indulto a los golpistas catalanes, la ideología de género, el aborto, la eutanasia, varios impuestos claramente confiscatorios y otras muchas arbitrariedades y abusos quedaría hecho trizas por una Justicia libre y sin sometimiento a los partidos.
El mismo Pedro Sánchez tendría que dar un giro de 180 grados a su forma de gobernar si tuviera que soportar un verdadera Justicia en España y ni siquiera podría sentirse plenamente a salvo de la cárcel por abusos y arbitrariedades cometidos desde su llegada al poder.
Por todas estas razones, el sanchismo nunca va a admitir que los jueces elijan a los jueces y que el socialismo deje de manosear la Justicia.
Si las conversaciones en marcha entre PSOE y PP terminan con el pacto de renovar primero los cargos en el CGPJ y los altos tribunales para posteriormente cambiar el sistema de elección de jueces y magistrados, es seguro que Sánchez no cumpliría su palabra, como ya ha hecho muchas veces en un pasado lleno de mentiras y engaños y mantendrá vigente el sucio manoseo de la Justicia.
A Sánchez le importa un bledo la democracia y lo que necesita de manera perentoria es una Justicia controlada y arbitraria, donde los jueces de izquierda le permitan gobernar como un tirano.
Francisco Rubiales