Gran operación de cirugía estética y rostro atiborrado de botox para parecer renovado, pero el viejo PSOE sigue siendo el mismo: opaco, osado y reivindicador cuando está en la oposición, postura que cambia a corrupto, conservador y neoliberal cuando alcanza el poder. La renovación que proclama Rubalcaba es falsa porque el PSOE no ha asumido ni uno solo de los grandes cambios democráticos que les pedía la sociedad española, ni castigo para sus chorizos, ni despolitización del sistema judicial, ni renuncia a la financiación con dinero público, ni listas abiertas, ni nada de nada.
El partido, a pesar del baño de propaganda y de cosmética, sigue siendo el mismo: una maquinaría que todo lo pone al servicio del poder, no del bien común, ni de la democracia, ni del ciudadano.
¿Los perdedores de la conferencia? Una vez mas los ciudadanos y España.