Siempre me digo que para mi salud mental quizás haya llegado la hora de leer menos prensa y desconectar un poco de la actualidad, pues sin lugar a dudas la ignorancia me hará más feliz o como mínimo me evitará más de un enfado. Pero lo cierto es que por mucho que me lo repita a mí mismo soy incapaz de llevarlo a la práctica y por eso estoy en un permanente estado de indignación, y el día de hoy no es ninguna excepción pues con sólo echarles un vistazo a las portadas del día la sangre ya me hierve.
Solamente debemos mirar el extracto de las portadas de dos de los diarios de tirada nacional más importantes del país que adjunto para darnos cuenta como de sucia es la política y hasta qué punto de degradación ha llegado el Partido Socialista Obrero Español.
¿A quién querían engañar aquellos que llevaron a la destitución de Pedro Sánchez diciendo que lo que les movía nada tenía que ver con el permitir la investidura del Mariano Rajoy y darle el gobierno al PP? La realidad es más que evidente y, estando aún caliente el cadáver político de su ex Secretario General, algunos no han tenido el menor pudor en hacer pública su intención de promover la abstención del PSOE para permitir con ello que el PP se haga con el gobierno del estado en una próxima sesión de investidura, tal como queda de manifiesto en la portada del diario El País, un diario muy cercano al partido socialista.
El PSOE, un partido que como es evidente de “socialista” y de “obrero” poco o nada tiene, ha acabado abrazando unos ideales que podríamos catalogar como de “neofascismo económico” y permitiendo que el control del partido y los ideólogos de él sean una serie de personas que hace tiempo que perdieron la credibilidad que pudieron tener en otra época, al haber sucumbido a los encantos del poder y los cargos bien retribuidos en importantes empresas.
Al final el PSOE, un partido tan aristocrático que hasta cuenta con “Barones”, va camino de convertirse en una sombra de lo que fue porque unos cuantos pensaron más en las treinta monedas de plata que podrían recibir en pago a sus servicios que en respetar la voluntad de su militancia y devolverlo al nicho ideológico que desgraciadamente hace tiempo que abandonaron.
Como persona de izquierdas, simpatizante y exmilitante de Podemos podría alegrarme de lo que podría suponer para el futuro del PSOE el tomar una decisión del calado de llevar una vez más al tal Rajoy a la Moncloa por el desgaste que le podría causarles, pero lo cierto es que no me produce alegría alguna presenciar este circo y ser testigo de la desmembración del partido socialista, por mucho que la casi segura pérdida de votantes que les pudiera ocasionar el haber tomado esta decisión beneficiara a Podemos, llevándole de una vez al famoso “sorpasso”.
En beneficio de la democracia considero necesaria la existencia de más de un partido de izquierdas, ya que entre otras cosas no podemos volver a caer en un bipartidismo con un partido predominante en cada uno de los dos lados del espectro político. Sería deseable poner fin a las mayorías absolutas, pues la experiencia nos demuestra lo negativo que resulta el dar un cheque en blanco a un único partido, y la formación de gobiernos participados por más de un partido permitiría tener un mayor control y unos contrapesos que ahondarían en beneficio de la democracia y la transparencia, y en definitiva de todos/as.
Tampoco querría de olvidarme de mencionar lo que considero una insensatez política y un atentado contra la propia esencia de la democracia, la marginación y esa enfermiza aversión hacia los partidos nacionalistas o soberanistas, algo que desgraciadamente es muy visible en algunos dirigentes del PSOE. Siempre habrán partidos que nos gustarán más o nos gustarán menos, y en mi caso siempre he dicho abiertamente de que no soy ni nacionalista ni independentista, pero considero estúpido excluir de cualquier negociación a un partido tan democrático como el resto por el simple hecho de reivindicar algo tan lícito como que los ciudadanos a los que representan en su territorio tengan el derecho a decidir cuál ha de ser su futuro territorial. Es evidente que todo partido que acepte someterse a unas reglas democráticas tiene cabida en política, y por lo tanto no tiene ningún sentido esa actitud tan excluyente, que desgraciadamente comparten tres de los cuatro grandes partidos estatales, hacia los partidos nacionalistas, pues a fin de cuentas estos defienden el sentir de las cientos de miles de personas que les votaron.
MSNoferini
Nuevo logotipo del PSOE más acorde con su actuales formas de actuar