El pueblo de Félix Rodríguez De la fuente

Por Pedrolmendez


El pasado fin de semana visitamos Poza de la Sal, el lugar donde nació Félix Rodríguez de la Fuente el 14 de marzo de 1928. Tras circular algunos kilómetros por el Páramo de Masa entre aerogeneradores bajamos por una estrecha carretera de montaña y llegamos a una pequeña villa que nos retrotrajo a la Edad Media al caminar entre sus apacibles y estrechas calles en las que abundan antiguos edificios de madera, adobe y piedra, con soportales en los que dominan las columnas de madera. La preciosa iglesia parroquial de San Cosme y San Damián del s.XIV, es de estilo gótico influido por los maestros que trabajaban en la cercana Catedral de Burgos. Nos contó el guía del templo que en el s.XVII hubo que abrir puertas en los laterales y cerrar la entrada original porque en aquel tiempo se hizo insoportable el olor que desprendían los cientos de tumbas que en las que yacen los cuerpos de los fieles y entre los que ocupan un lugar privilegiado la familia de los Rojas , antiguos Señores de Poza, al pie del altar. La iglesia y sus retablos han sido restaurados recientemente por lo que el estado de conservación es excelente. Otra de las visitas recomendables es la de las salinas donde sacamos unas fotos de recuerdo entre las eras que están siendo restauradas gradualmente permitiendo al viajero hacerse una idea de cómo era esta antiquísima actividad económica que floreció en época romana y cuyas técnicas se perfeccionaron posteriormente. El agua, tan importante para obtener la salmuera, discurre próximo a las salinas y luego entra en el pueblo dónde pasa a lavaderos y a una bonita piscina en la que la gente disfruta del baño en estos días calurosos de verano, y desde donde partía un antiguo acueducto romano.
Otro lugar de obligada visita es el castillo de los Rojas. Se yergue altivo sobre un cerro rocoso desde el que se domina el valle salinero, la villa y buena parte de la comarca cerealista de La Bureba y en donde se han encontrado restos arqueológicos de la edad del bronce por lo que parece claro que la sal ya era extraída en época prerromana. Los Señores de Rojas construyeron la actual fortaleza en el s.XIV sobre una construcción anterior (s.XI) asegurando así su poder en este enclave estratégico. Desde luego las vistas y las fotos desde lo alto de las murallas de este castillo que participó en todo tipo de guerras hasta bien entrado el s.XIX es espectacular, eso sí no es recomendable su visita para las personas que padezcan vértigo.


Espacio medioambiental y Museo de la radio

Al lado de la Casa Consistorial se encuentra el Museo de la radio de Poza de la Sal. En el se introduce al visitante en la historia general de la radiofonía analógica y en España, así como en aspectos técnicos de la misma empezando con la telegrafía, el código morse, los usos militares y civiles, etc. se trata de una interesante y recomendable visita. En el interior de este pequeño museo hay un Espacio medioambiental, se trata de una sala de exposición permanente dedicada a la infancia de Félix Samuel Rodríguez De la Fuente, el famoso pozano que pasó allí su infancia siendo educado en casa hasta la edad de 10 años cuando en 1938 fue internado en el Colegio Corazonistas de Vitoria para iniciar sus estudios reglados. El bachillerato lo realizó, también internado, con los Maristas en Burgos. Félix pasó su infancia y parte de su juventud en Poza de la Sal, hasta que su familia se trasladó a Briviesca (capital de La Bureba) por lo que la exposición se llama : “Aventuras de un joven naturalista y sus amigos en Poza de la Sal”, se cuentan pequeñas historias de la infancia como cuando Félix y otros mozos ibana ver nidos, la triste historia del zorro, etc. Félix descubrió “los lobos y aves viajeras” entre el salero y el páramo, lugar en el que disfrutó descubriendo aves esteparias como la calandria, el sisón, el alcaraván, las avutardas, las ortegas, etc.
En otra sala del museo hay una bonita exposición sobre el mundo de la apicultura.

Aspectos biográficos

Félix inició sus estudios de Medicina en la Universidad de Valladolid a instancias de su padre en 1946. Se licenció en Medicina, especializándose en estomatología profesión que ejerció un par de años en una clínica de Madrid, hasta el fallecimiento de su padre. Fue entonces cuando dejó la Medicina para ser el naturalista que todos hemos conocido. Mientras estudiaba en Valladolid se fue dedicando a la cetrería hasta conseguir recuperar dicho arte de caza que por aquel entonces, en nuestro país, sólo quedaba en el recuerdo, así llegó a ser nombrado cetrero mayor de España. Sobre esta actividad cinegética escribió bastante, destacando su primera gran obra “El arte de cetrería” (1965). Durante los años sesenta inició su actividad divulgadora : artículos en revistas, programas de radio, programas de televisión, libros, enciclopedias, etc. que compaginó con sus innumerables viajes y con diversas actividades relacionadas con la defensa de la Naturaleza.